viernes, 17 de marzo de 2017

Mindfulness en Yogarati con Inés Merino. Segunda parte

En la tercera y cuarta clase de Mindfulness en Yogarati, impartido por Inés Merino, seguimos incidiendo en la importancia de la respiración. Nuestra profesora nos dio dos opciones más, la respiración de las piedras y la del cuadrado. Así, cada noche, les dejo elegir a los peques la que más les gusta y así hacen el ejercicio con más gusto. La que más triunfa por ahora es la de seguir la línea de los dedos al ritmo de las espiraciones e inspiraciones. Supongo que es porque necesitamos la participación de papá.

También seguimos con las metáforas y ejemplos para enseñar a los peques como nos afectan las emociones. Me encantó que las comparara con burbujas para hacerles ver que no duran para siempre. Y con un arco iris para explicarles que todas tienen un comienzo, un punto álgido y un final. Mediante juegos y dibujos los chiquillos asentaron mejor todo lo que nos iban explicando.

Tampoco faltaron los cuentos. Muy visuales para enganchar mejor a los niños. Con ellos les hizo ver que las emociones tienen consecuencias físicas y que si las conocemos lograremos identificarlas mejor y controlarlas en la medida de lo posible. También les enseñó que en el cerebro tenemos una serie de islas en las que englobamos nuestro yo, la gente a la que queremos, la gente que conocemos, pero que nos son indiferentes, y la gente que no nos quiere y que a veces podemos acercar a la isla amiga si vemos la explicación a su comportamiento (empatía y comprensión).

Para dejar más claro el tema de las emociones y sus consecuencias físicas hemos dibujado síntomas en la silueta de un niño y luego el resto teníamos que adivinar lo que le pasaba. podíamos preguntar en qué situación se hallaba o pedirle más detalles. Es un juego muy divertido que nos convierte en detectives de las emociones.

No faltaron las actividades relacionadas con los sentidos. En una clase, nos tapamos los ojos y nos reímos muchísimo escuchando, oliendo y probando Peta Zetas que estallaban y chisporroteaban y en otra disfrutamos plenamente de un delicioso bizcocho de limón. A mis chicos les encanta este juego.
Les fascinó la experiencia con los Peta Zetas porque les explotaban en la mano y les hacía cosquillitas, escuchaban los estallidos, olía muy bien y estallaban en la lengua. Fue muy divertido.

En la última clase hicimos dos juegos muy chulos para enseñar a los peques a relativizar los problemas derivados de las emociones. Algo extremadamente difícil, pero que la profesora consiguió de forma admirable enseñándonos cómo los pensamientos negativos se quedan en nuestro cerebro con más persistencia que los positivos gracias a unos papelitos que rellenamos y una sartén. No sé como lo hizo. De hecho, lo he intentado y no conseguido que los malos se queden pegados (magia de la profe). También hicimos manualidades y creamos unos impermeables a partir de bolsas de basura para que no nos afectaran demasiado los estímulos externos negativos.

Estoy muy contenta con las clases. Aunque Daniel no estuvo muy receptivo la mayor parte del tiempo, luego en casa sí que está haciendo los ejercicios de buen grado. Encima la profesora sabe como motivarles, le ha regalado un mandala con pegatinas que brillan en la oscuridad para que las vayan pegando según hacen los ejercicios. Se han enamorado de sus mandalas estrellados. Tanto es así que ya estoy buscando más pegatinas fosforescentes para comenzar otro cuando se nos acabe este.

También les ha dado un muñeco de madera que se llevan a todas partes para acariciar cuando se sientan intranquilos y un anillo hecho con limpiapipas con un mensaje oculto para que confíen en ellos mismos y sean consciente de que todo pasa, lo bueno y lo malo.

Durante todas las sesiones nos ha ido enviando emails con explicaciones más detalladas y audios hechos por ella, muy útiles, que les pongo a los niños cuando ya están en la cama y que les relaja muchísimo. Vamos, que ha sido un taller completísimo y que me da una pena tremenda que se haya acabado. En casa tenemos los preciosos diplomas que entregó a los niños en la última sesión. Y a los peques no se les olvida ni una noche reclamarme nuestro momento mindfulness.


6 comentarios:

  1. que original, desde luego hay que reinventarse. por cierto, las botas que me preguntas de donde son granates, son de rosewholesale

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  2. Jolín, todo me parece súper interesante... Aunque no sé yo si Peque me seguiría el rollo, cuando he intentado cosas parecidas se muestra un poco reticente. Me gustaría ir con Peque a un taller parecido.
    Muas!

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    1. Ya... el truco está en el incentivo jajaja
      La profe se los ganó a base de pegatinas. Y si les haces el juego del chocolate o el de la purpurina ya tienes tooooda su atención jajaja Seguro que por tu zona hay talleres parecidos.

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  3. Yo quiero saber cómo hace para que los pensamientos negativos se queden pegados... ¡Qué intriga!

    Besotes!!!

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