miércoles, 8 de marzo de 2017

Los lobos de Boolino

Hace poco me llegó un sobre de Boolino con los materiales para hacer una actividad de la caja de actividades Boolino Book Box del libro "EL viaje de Lupo". En concreto de una que han llamado "¡Que viene la Yeti!". De todos los materiales que incluía lo que sabía que iba a triunfar más era la curiosa máscara del lobo Lupo, así que fui a comprar más Gomaeva para hacer dos y que no se pelearan.

Un día les preparé todo y les llamé para pasar un rato divertido de manualidades. Cómo no tenemos el libro de "El viaje de Lupo", decidí basar la actividad en otro libro que hemos cogido de la biblioteca y que los tiene fascinados "Los lobos de la pared", de mi admiradísimo Neil Gaiman (Igual te vale para hacer un oscuro y escalofriante comic, como una novela llena de magia y mitología o un original cuento infantil). A los peques les pregunté si querían convertirse en revoltosos lobos de pared y no dudaron ni un segundo en aceptar el juego.

Recortamos (recorté yo, porque ellos "estaban demasiado emocionados") la guía de la cabeza, recortamos (de nuevo yo porque seguían emocionados y no querían que nada saliera mal) las cabezas de goma eva negra, recortamos (recorté ya bastante mosca porque me parecía que se pasaban de caraduras) los ojos, el morro y los dientes. Entonces pegaron (ellos solitos porque yo renuncié al papel de asistente infantil) los ojos, el morro y los dientes en la gomaeva negra con celo de doble cara. Y, por fin, puse (eso sí que lo hice yo sin que me dijeran nada) unos elásticos para atar las caretas gorras.

¡Ya estaban listas! Se las pusieron y se pusieron a jugar a que vivían en las paredes de la casa. En cuanto oyeron llegar a papá se escondieron tras una puerta para darle un buen susto. "¡Los lobos salen de las paredes!" gritaron con expresión feroz. Y el padre se prestó al juego poniendo cara de susto y echando a correr por el pasillo. ¡Anda que no se reían los muy pillos!

Pero los lobos de pared se convirtieron en Gmork, el lobo malvado que persigue a Atreyu para matarlo y acabar así con Fantasía. Un mundo que odia porque da esperanzas a la humanidad y una humanidad sin esperanzas es fácil de dominar. Fuimos a ver La Historia Interminable este domingo y les pareció achuchable, aunque visiblemente enfadado.

Una vez en casa se me ocurrió ponerme una de las máscaras de Boolino y asegurar con voz amenazante que era Gmork. Ambos niños corrieron a abrazarme sin pensarselo dos veces. "Loboooo achuchable" gritaban sin parar. Y yo a mi vez gritaba que no era achuchable para nadaaaaa. Que era el malo cruel y despiadado, pero el mayor me explicó que debía de estar enfadado porque nadie le achuchaba, así que ahora, cada dos por tres, me dan un fuerte abrazo si ven que estoy a punto de convertirme en Gmork, un demonio emplumao o un troll de las cavernas.

La verdad es que nos ha encantado la actividad de Boolino y las máscaras son monísimas. Aún nos queda hacer la máscara de la Yeti, que ambos quisieron hacer en el momento, pero con el juego posterior ya no dio tiempo. Y el juego de las tarjetas, que también promete mucho.




6 comentarios:

  1. Una actividad muy chula. Y encima ya tenéis entretenimiento para otro día.
    Besos

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  2. Cómo mola la máscara!! Yo es que era vaga ya de pequeña, así que no creo que hubiese tenido paciencia. Le hubiese pedido a mi madre que me la hiciera de principio a fin. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Pues como estos, que sólo pegaron las cosas de la cara y jugaron con ellas, pero el resto lo ha hecho una menda ainsss

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