martes, 21 de marzo de 2017

Juego sensorial callejero

Mis niños me demuestran cada día que todo puede sorprendernos y convertirse en un divertido juego. Una tarde, volvíamos del parque bastantes cansados, cuando Daniel cogió un palo que encontró en su camino. Esto no es nada sorprendente. Más bien es lo habitual. Mis retoños van cogiendo cuanto tesoro encuentran en el camino para luego suplicarme todo el camino entrarlo a nuestro humilde hogar. El 90% de las veces se quedan fuera bien escondidos para recogerlos cuando vuelvan a salir, pero nunca se acuerdan de ir a por ellos (por cierto, que no se acuerden nunca es culpa mía según su versión. Todavía espero el día en que algo no sea culpa mía).

El caso es que cogió el palito y empezó a rozarlo con los barrotes de metal de la valla. Yo no estaba para muchas fiestas y le pedí que parara. El chiquillo retiró el palito, pero comenzó a golpear la valla por la barra superior muy emocionado. "¡Que pares!", le exigí con algo menos de amabilidad.

Mi primogénito se guardó el palo a su espalda por si corría el riesgo de perderlo, me miró dolido y me soltó: "Pero mamá, si es música. ¿No te gusta la música?"

Se me encogió un poquito el alma. Le expliqué que sí que me gustaba la música, peeero... Y hasta ahí pude leer por el peque salió corriendo hasta un tobogán que teníamos a medio camino de casa y lo subió y bajó sin dejar de dar porrazos y siguiendo su peculiar ritmo.

Viendo que perdía la batalla, decidí salvaguardar algo de mi dignidad perdida. "Está bien Daniel. Puedes hacer música, pero bajito". El peque me lo prometió (supongo que cruzando los dedos sin que yo le viera) y se lanzó a experimentar con nuevos sonidos en una rejilla del suelo, las baldosas de la calle, los árboles, las papeleras... Y todo lo que pillaba.

A todo esto, Iván se acababa de dar cuenta de que eso que hacía hermano tenía pinta de ser divertido y me pidió con ojitos de bambi que le ayudara a buscar otro palo que pudiera usar a modo de baqueta.

No tardamos mucho en encontrarlo y entonces me encontré con un dúo descontrolado. Menos mal que cambiaban de escenario cada minuto y no creo que molestasen mucho a los vecinos. Sólo espero que no despertasen a ningún bebé de la siesta, aunque la hora no era muy comprometida. Iván descubrió que bajando y subiendo la cremallera de su chaqueta también hacía música y se le iluminó la cara al poner su granito de arena original y no copiado de su hermano.

El espectáculo estrella del show fue tirarse doblados por una barandilla mientras golpeaban los barrotes a la vez que caían. ¡Ole que nivel!

Los palos no entraron en casa para desconsuelo de los niños. Una vez dentro se pusieron cómodos y cada uno se fue a los suyo olvidando su faceta de músicos callejeros. Menos mal porque me daba miedo pensar todo lo golpeable y frágil que tenemos a su alcance.

Con este post participo en el reto de Ruth 50 juegos sensoriales. En esta ocasión nos tenemos que centrar en el oído. ¡Anímate y participa!

14 comentarios:

  1. Igual se te hace bateria de un grupo de rock, ya lo veo practicando en casa jejeje

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    1. Ya tiene un grupo de rock: Daniel canta y toca el órgano, Iván toca la batería, Raúl toca la guitarra eléctrica y Dácil es la manager del grupo jajaja http://blogdeunamadredesesperada.blogspot.com.es/2017/02/porque-yo-tengo-una-banda-de-rock-roll.html

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  2. Suerte en el concurso!!!
    Vaya piezas... e imaginación tus chicos :)

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    1. No hay que poner límites al temperamento artístico. Bueno, algún límite sí jajaja

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  3. Jajajajaja! Es que el mundo está lleno de diversión oculta. XD
    Muas!

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    1. Estos la descubren al vuelo jajaja
      Hay que ser niño para disfrutarla a tope ;)

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  4. Menuda imaginación tienen tus chiquillos. Seguro que te hacen ver la vida de otra forma distinta.
    Unos barrotes así hay en la unviersidad de aquí y dicen que si pasas un boli bic se escucha una canción concreta. Nunca lo probé...
    Besos

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    1. uyuyuyuy tienes que probarlo y contarnos el resultado. Que curiosidad!!!

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  5. Eso de golpear cosas con palos es un clásico que nunca muere. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Un juego de toda la vida jajaja
      Ya sabes que un palo es el mejor juguete ;)

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  6. esta genial, hay que despertar la mente y actividad

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  7. Me encanta! Tienes unos hijos fantásticos y muy muy creativos :D ¡viva la música!
    Un abrazo!

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    1. Montan un espectáculo allá donde van jajaja
      Entre los talleres de reciclaje que surgen espontáneamente de sus visitas al contenedor de cartones y la música callejera me han salido muy artistas jajaja
      Besos!!

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