martes, 29 de diciembre de 2009

Contrastes meteorológicos


El pequeño Daniel tiene la suerte o la desgracia de andar entre dos mundos muy diferentes: la península y las Islas Canarias. Aquí en Madrid hace un frío que pela y en Canarias estábamos a temperaturas de verano.

En la isla un día lo tuvimos que tener un rato en pañales porque el pobre se asaba. Y eso que estábamos en pleno diciembre. Los paseos se podían alargar tres horas. Nos sentábamos en terracitas a tomar algo. Eso sí que es vida.
A nuestra vuelta a Madrid, Daniel y yo nos dimos de frente con un frío polar que duró muy poco, ya que a día de hoy se han suavizado las temperaturas, pero aun así, estamos hablando de frío. Al enano no le hizo mucha gracia cambiar la ropita cómoda veraniega por el buzo agobiante una talla más grande que él. Cuando le ponemos el gorro comienza a llorar y no para hasta que le coges para meterlo en el carro. Porque, eso sí, este niño es un juerguista y le encanta salir a pasear. Lo mejor es que se suele dormir en el carrito.

Para la madre también han cambiado las cosas de pasear tranquilamente bajo un sol abrasador o bajo la lluvia y el frío.

Pasado mañana volvemos a Las Palmas de Gran Canaria, así que vuelta al calor y a los largos paseos.

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