Cuando me enteré de que estaba embarazada me dio un poco de miedo que mis sobrinos le tuvieran pelusilla al nuevo miembro de la familia. Por parte de mi familia política tenemos a Rodrigo y a Alonso. Los dos adoran a Raul, con lo que era posible que no les hiciera gracia que se convirtiera en padre. Por el otro lado, tengo un sobrina, Natalia. Ha sido hija, sobrina y nieta única durante cinco años. Así que le llegaba un competidor.
Todos mis temores se esfumaron en cuanto nació Daniel. Los tres lo acogieron con mucho cariño. Rodrigo ayuda a calmarlo cuando llora, Alonso pregunta siempre por él y para Natalia es como un Nenuco de verdad. Le da el biberón, ayuda a bañarlo, le pone la chupa (en la península, chupete)....Está encantada con su nuevo juguete.
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