Y por fin llegó el momento. Momento en el que tuve que preparar la ropa para el día siguiente (la mía y la de los dos pequeñines), poner el depertador y hacerme el ánimo de que ya no tenía toda la mañana para mis "asuntos propios".
Me metí en la cama sabiendo que pasaría una noche de perros, para no variar. Y, en efecto, mis dos soles decidieron que querían disfrutar de su mami esa noche a tope. Ni siquiera hizo falta que sonara el despertador. Ya llevaba un buen rato despierta meciendo al bebé antes de la hora de levantarme.
Ilusionada por ver a mis amigas del trabajo me lavé a fondo las legañas de los ojillo e incluso me puse botas de tacón para estar más guapa. Eso sí, me las quité en el coche para evitar accidentes, menos mal que tengo unas socorridas zapatillas de deportes debajo del asiento del acompañante.
Me despedí mentalmente de mis hijos. Ni beso ni nada, por si se despiertan. Estoy segura de que Raúl no me lo perdonaría y salí a la calle dispuesta a enfrentarme a mi Primer Día de Trabajo Tras La Baja. Así. En mayúsculas.
Nada más llegar me tomé mi segundo café de la jornada. El primero me lo había desayunado en casa. Y me dirigí a mis compañeras, que me recibieron con alegría. Yo también las había echado de menos. Los cambios eran muchos, pero fáciles de asimilar. Así que me puse a darle a la tecla con ahínco y mucho entusiasmo. Por fin sentada más de cinco minutos.
El segundo día no fue tan bueno. Los chiquitines me dieron unas noche infernal y llegué arrastrándome a mi mesa de trabajo. Tras nosecuantos cafés me dio un bajón horroroso y casi no llego a mi casa. Entonces me juré no pasar de tres cafés diarios y algún té para evitar yuyus innecesarios.
A pesar de los madrugones estoy contenta con la reincorporación. Tengo nuevo horario (de seis a dos, en vez de siete menos cuarto a tres menos cuarto) y me permito el lujo de recoger mi casa, hacer la compra y pasar toda la tarde disfrutando de mis hijos.
bueno bueno bueno la vuelta al trabajo suele ser muy dura, pero esta pinta bastante bien. Me alegro mucho por ti, por el nuevo horario. Compaginar tantas cosas y además sin dormir... es agotador!!!! besicos guapa!!!
ResponderEliminarTengo una amiga que ha tenido una niña buenísima y se le hizo muy cuesta arriba volver al trabajo. En cambio yo los tengo traviesos, movidos y poco dormilones con lo que la vuelta al trabajo significa la vuelta a la paz jaja
ResponderEliminarMuchisimo animo en esa vuelta a la rutina, lo bueno de ese horario es que te permite estar con los dos peques toda la tarde, muchos besos guapa
ResponderEliminarMira que es mala la vuelta al trabajo!!!
ResponderEliminarLa verdad es que te entiendo a la perfeccion, pero es que ademas madrugas mucho... igual podias dormir un rato mas, ir mas tarde y no preocuparte mucho por la casa jeje a fin de cuentas.. ya haces muchas cosas a lo largo del dia no??
un besote
El horario me parece genial para aprovechar a esta con mis peques. No puedo cambiarlo porque me lo imponen.
ResponderEliminarMucha suerte en esta etapa! Que dificil debe resultarte trabajar estando cansada, casi sin dormir! Animo!!
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