Cómo Daniel tenía cara de cansado decidí llevarle a casa esa tarde. Por el camino se nos durmió Iván. Normalmente me lo despierta el mayor, pero milagrosamente esta vez logré depositarlo en la cuna con el sueño intacto. Con el bebé fuera de combate pude permitirme el lujo de jugar con mi hijo mayor durante una divertida hora.
Saqué las casi intactas pinturas de carnaval y nos dedicamos a pintarnos la cara mutuamente. Mi peque me hacía rayas en las mejillas muy concentrado. De vez en cuando cambiaba de color y pintaba sobre los pintado. Yo le pintaba figuras geométricas con mejor o peor tino.
Cuando se cansó del juego saqué la cámara de fotos para inmortalizar el momento. Él se empeñó en hacer fotos así que le dejé la maquina con un poco de miedo por si se la cargaba. Afortunadamente supo manejarla con bastante maestría, aunque lo de apuntar no es su fuerte. Tuve que borrar unos cuantos suelos y techos cuando pude volver a hacerme con la cámara.
Después de la sesión de fotos decidí sacarles las marioneta de dedos y estuvimos jugando un buen rato a meter en la carcel a los animalitos que se portaban mal.
Pero de eso también se cansó rápido, así que le saqué la pizarrita y las tizas. En ese momento los gritos de Iván me avisaron de que ya se había despertado. Me lo traje a la salita de juegos y lo tumbé sobre una mantita para que nos viera todo el rato. Daniel le hacía carantoñas de vez en cuando.
"Mira mamá, círculos" me decía mientras señalaba a la pizarrita. Le alabé las figuras y le dije que yo no sabía hacerlos. A mi sólo me salían bien las rayas, así que estuvimos dibujando juntos un buen rato.
En un momento dado, el niño alzó la cabeza y me pidió Caillú. "Claro Daniel, vamos al salón y te pongo un rato la tele. Antes de que me diera cuenta ya le había pisado la cabeza a Iván que lloraba como un loco. Maldecí para mis adentros mi poca precaución y cogí al bebé rápidamente para consolarlo. Cuando me giré para reñir a Daniel le vi desolado. "Pupa Iván mamá" gimió. "Sí, tienes que tener más cuidado. Le has hecho mucha pupa a Iván". "Mira mamá. Yo también pupa" me dijo golpeándose la cabeza con la mano. "Nooooo" le grité "Pupa nadie. No hay que hacer pupa a nadie. A ti tampoco".
Es la primera vez que le veo lamentar el haberle hecho daño a su hermano. Espero que no le dé por autolastimarse nunca más. Cómo era de esperar se le quitaron todas las penas delante de la pantalla de la televisión. Iván lloró un ratito, pero enseguida también se le olvidó el accidente. En la cara se le quedó una marca roja que impidió que yo lo olvidara en toda la tarde.
Si lo llego a saber, me habría apuntado los veranos para animadora infantil en el sur .. ja ja ... a uno se le acaban las ideas!
ResponderEliminarNo creo que se acostumbre a hacerse daño cuando le hace daño a su hermano, pero sí que es bueno que aprenda que no debe ser tan brutote con él. Es que no sé si decirte lo que nos han dicho a nosotras, que como no tengo hijos.... pero te puedo asegurar que la empatía funciona, y por suppuesto en niños de la edad de Daniel. Besos.
ResponderEliminarCreo que es bueno que aprendan a controlar un poco, bueno, a tener mas cuidado... sobre todo con su hermano pequeño que aún no puede defenderse. :)
ResponderEliminarYa se que no es lo mismo, pero a mi me pasa con la perrita, mi niño es mas brutote jugando, no controla los golpes y el ve como juego yo con ella y trata de imitarme, pero claro, a ella la atiza de verdad!!
Gracias por los consejos madre... hay dias grises que enturbian demasiado mi cabeza y mi corazón un beso
Que lindo post y el mensaje me encanto, el tiempo que le dedicas a tus hijos es importante, y los varoncitos tienen fuerza que a veces no controlan, como dice mi pequeña los accidentes pasan! Gracias por tu visita!
ResponderEliminarhttp://mamiholisticaygenial.blogspot.com/
Que rato más bonito, en cuanto al golpe, los accidentes pasan y no supo demostrar su malestar de otra forma, ya verás como dentro de poco dará señales de protector con su hermanito.
ResponderEliminarYo también creo que llegará el día que haga de hermano protector, pero me temo que aún quedan muchos chichones por delante. Ya verá cuando el hermano aprenda a defenderse...
ResponderEliminarMiri, ánimo, el cansancio es muy malo, pero estoy segura de que vas a tener días mejores.