Cuando mi hermano llegó a Elda nos propuso irnos a cenar fuera esa noche para celebrar que estábamos todos juntos, pero Raúl y yo rechazamos la idea pensando en que los niños aún son muy pequeños. Así que mi hermana tuvo una idea mejor. Organizamos una barbacoa en el campo, así podíamos acostar a los niños cuando quisiéramos y seguir disfrutando de la velada. Nos pareció una idea maravillosa.
Cómo viene siendo tradición los aguerridos chicos se encargaron del fuego y las chicas de poner la mesa. Qué engañados los tenemos.
En realidad, de poner la mesa se encargaron mi hermana y Raúl porque yo estaba cuidando de Iván, que tiene una mamitis horrorosa y no me deja vivir.
Mi hermano sirvió primero las hamburguesas, después las salchichas, los chorizos y finalmente las chuletitas. Como no hay crimen perfecto porque el criminal siempre cae en la tentación de confesarlo para asombrar al mundo, Fernando nos descubrió la primera norma del encargado de la barbacoa: "Saca primero lo peor para que cuando saques lo bueno la gente ya no tenga hambre y te puedas hinchar a gusto". ¡Qué pillo! Y nosotros caímos.
La verdad es que los pasamos muy bien comiendo a dos carrillos y charlando. Iván no se portó del todo mal en la cuna y Daniel disfrutó de lo lindo con sus tíos y acostándose tarde.
Hubo una segunda barbacoa con Mábel y su familia, pero esa me la perdí casi entera porque Iván se negaba a dormirse si no era con su mami al lado.
Celebrar barbacoas es muy divertido, nosotros vivimos en un piso y por suerte gracias a marcas como barbecook, podemos disfrutar de una exquisita velada haciendo carne a la brasa. Compramos una barbecook en discoverydream y es genial!
ResponderEliminarUn saludo,
Pilar
La verdad es que no tiene precio esos momentos en familia jaja. No conocía la barbecook. Tendré que mirarla para el pueblo, porque en mi piso sólo hay una terracita cerrada muy chiquitita. Gracias.
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