Mi niño mayor se empeña en ayudarme a mí y a su padre en nuestros quehaceres.
"¿T'ayudo, mami? ¿T'ayudo? ¿T'ayudo papi?" Se ofrece saltando de un pie a otro o agarrando una herramienta o la escoba sin más dilación.
Un día me disponía a limpiar los baños, cuando Daniel entró por la puerta acompañado por su padre. Irrumpió como una tromba en el baño al consabido grito de "T'ayudoooooo". Consciente de que ya iba a ser imposible desarrollar mi cometido como dios manda, me resigné y le pasé el estropajo al pequeño. "Ponme veneno, mami" me pidió esperanzado. El veneno es cualquier producto de limpieza. Le puse los guantes de goma, que le quedaron enormísimos, y le eché un poco de jabón. Mi chiquitín se puso a la tarea entusiasmado. "Más veneno, mami, po favor".
La verdad es que dejó el bidé y parte del vater limpios relimpios, pero luego se cansó de "ayudar" y corrió a la habitación de los juguetes para "descansar del trabajo".
En unos años me deja la casa como los chorros del oro. Si es que tengo una joya...
Pues oye, que le dé unos consejos a mi churri... Jajaja. Besotes.
ResponderEliminar