Los berridos de Iván interrumpen mi sueño. Corro a su lado, le doy agua, le alcanzo el chupete, le mezo en mis brazos... Nada funciona y yo estoy tan cansada...
¡Ale! a la cama de los papis de cabeza. Raúl se remueve, se da la vuelta y se topa con la cabecita pelona de su hijo. "¿Que hace éste aquí?" me pregunta en susurros. "No se dormía ni a tiros" le contestó en el mismo tono. "Pues ya está sopitas. Lo puedes devolver a la cuna". De mala gana agarro al bebé y me dirijo a su lecho. A medio camino el niño abre un ojillo, después el otro, mueve la cabeza a un lado y a otro, me mira muy serio, levanta su dedito y me señala sin lugar a dudas mi cama. Está claro lo que quiere.
Lo vuelvo a tumbar a mi ladito. Raúl me mira sorprendido. "¿Que ha pasado?" exclama bajito. "Me ha dicho que quería dormir aquí" le respondo. "¡¿Que un bebé de once meses te ha dicho que quiere dormir aquí?!" sube el volumen escandalizado, "¡¿Pero quien manda aquí?!" Con un dedo le pido silencio y con el otro señalo al pequeño, que es claramente el que está imponiendo su voluntad. Poniendo los ojos en blanco mi marido me pide firmemente que lleve a Iván a la cuna. Me niego y es él el que acaba cargando al chiquitín a su lugar de descanso.
Vuelve victorioso, se tumba a mi lado y no han pasado ni cinco minutos cuando ya se ha quedado profundamente dormido con una sonrisa en la comisura de la boca.
No pasan otros cinco minutos cuando oigo los lloriqueos de Iván. Se acaba de dar cuenta de la jugada que le ha hecho su padre. Decidida me levanto, cojo al chiquillo y lo vuelvo a tumbar a mi lado. El pequeño se remueve un poco y al rato se queda roque tan a gusto al ladito de mamá.
Jajaja pues así estamos nosotros y ya tiene 3 años, pero al dormir en la misma habitación pues el solo se mete en la cama nuestra. Y vuelta a la suya, y a media noche se viene....y así....pero es que en nuestra cama tenemos ventilador y no hace tanta calor, por lo que lo dejo al pobre un ratito. ¿Quien manda? Pues él, pero es tan tierno sentirlo al lado!
ResponderEliminarSi al final el niño quiere estar con su madre y su madre quiere estar con él... Pues tampoco está tan mal dormir juntos un ratito. Daniel tiene casi tres y hace lo mismo que el tuyo, sólo que nosotros tenemos ventilador en todas las habitaciones y no puede usar esa excusa jaja
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