Desde el colegio nos llegó una nota avisando que los peques estaban invitados a colaborar en el belén del cole con sus maravillosas creaciones DIY, a ser posible con un tubo de papel higiénico como protagonista. También podían presentarse al concurso de tarjetas navideñas. Todo actividades voluntarias, pero yo sabía que a mis chicos les iba a encantar hacerlas.
Primero tuvimos un brainstorming sobre la figura que íbamos a hacer para el belén. Yo proponía un precioso y sencillo tronco navideño (soy una lista, lo sé) y mis peques un ejército de zombies con sed de sangre real y mágica. Teníamos que llegar a un acuerdo y casi casi me convencen para hacer un grinch, pero al final fui yo la que logré convencerles de la conveniencia de algo más pacífico ya que estamos en la época del amor.
Llegamos a un consenso y elegimos como objetivo un arbol de Navidad. Desparramé materiales varios sobre la mesa, los tubos de papel higiénico y les di a elegir dos formas de hacerlos: pegando trozos de papel pinocho verde en un cono de papel o pegando Washi tape en ese mismo cono. Los peques no se lo pensaron mucho y estoy segura que pensaron que el washi tape iba a ser la opción más fácil. Cuando nos pusimos a ello se dieron cuenta de que no era tan fácil cuadrar el celo con dibujitos sin deformar el cono y tuve que ayudarles mil veces. Tanto fue así que ninguno de los dos llegó al final de la figura geométrica alegando que el blanco folio nieve era super navideño.
Como sabía que de ahí no les iba a sacar les pasé la purpurina y los gomets. Pensé que aquello iba a ser la fiesta del brilli brilli, pero se cortaron bastante a la hora de hacer brillar sus arbolitos. Poner el washi tape naranja al tronco de los árboles fue bastante más fácil que al cono. Pronto teníamos tres monísimos arbolitos adornando una de las estanterías del salón.
Entonces, siguiendo las indicaciones de la nota del cole, les repartí cartulinas blancas dobladas por la mitad para que crearan una preciosa felicitación navideña, pero no me debieron entender bien porque más bien parecía sacada del más puro estilo de Halloween. Ejércitos de grinchs que ponían los pelos de punta avanzaban sin piedad hacia la casa de Papa Noel con siniestras intenciones. Los dos eligieron ese mismo tema.
Cuando les pregunté sí estaban realmente seguros de querer llevar esa felicitación los dos lo tuvieron muy claro. El pequeño llevaría su árbol y tarjeta a clase le pesara a quien le pesara. Y el mayor se los quedaría en casa soooolo para él porque le habían gustado mucho y no quería que acabaran como los pastorcillos del año pasado: Sin cabeza uno y sin ojos el otro.
Que sea como ellos quieran, que, al fin y al cabo, es su actividad.
¡Menos mal que tus peques recuerdan que los zombis también celebran la Navidad! Nadie piensa en ellos... tienes unos peques encantadores que se preocupan porque todos los seres puedan celebrar la Navidad jajajaja... ¿no?
ResponderEliminarLos arbolitos navideños quedaron fantásticos. ¡¡Que artistas!!
¡Un muackiles!
Pobres zombies incomprendidos. Me recuerdan un por a Jack, el de pesadilla antes de Navidad, ellos sólo quieren participar jajaja
Eliminarparece que este año se ha puesto de moda lo del Belén a base de rollos de papel higiénico, eso sí, me gusta casi más tu modelo de árbol (con el cono por encima) que el mío, que nos limitamos a recortar una cartulina verde con forma de abeto y ponerle gomets (el peque no estaba dispuesto a más, y si él no lo hace no voy a ser yo la que se ponga a ello jeje)
ResponderEliminarSí. Y lo de escribir la carta de reyes para entregarla en el cole. Me gusta tu idea de la cartulina verde. Si se me llega a ocurrir... No tenía mucho tiempo y quería algo sencillito que les gustara a ellos. Y que pudieran hacer sin mi ayuda ;)
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo