De nuevo ha visitado Daniel su guardería. Y esta vez todo ha sido diferente. La chica lo ha cogido con un poco más de cariño que ayer y ha debido notarlo porque se ha ido al interior sin la más mínima protesta.
La mami fitipaldi ha aprovechado la escasa hora y media que iba a estar el niño con sus cuidadoras para ir a la farmacia, al supermercado, comprar pan, recoger la colada, limpiar el baño de los gatos… Todo un record. Si es que me supero día a día.
Sin perder ritmo he ido corriendo a por Daniel. Un, dos, un dos. He llegado unos minutos tarde, pero es que no se puede pedir peras al olmo. Como hacía un frío que pela, le llevé al enano su buzo, pero me lo devolvieron tan bien tapadito que dejé el buzo guardado en su bolsa. Tenía un semblante tranquilo para felicidad de la madre. Parece que no lo ha pasado mal. El informe de la cuidadora no me desvelaba nada nuevo: no extraña y es “especialito” para dormir. Qué manera más fina de decir que no duerme. Eso ya lo sé yo.
Cómo esta mañana le he apurado el biberón hasta las 8, aún nos quedaba tiempo para dar una vueltita. Nos hemos recorrido el barrio a pesar del viento helado. Daniel iba bien calentito en el carrito. Envuelto con el plástico. ¡Qué invento!
Hasta he entrado en una tienda. De niños, por supuesto. Y he salido con un anorak con forro de quita y pon por nueve euros. ¡Vaya rebajas!
Estaba buscando informaсion para unа asignacion de lа escuеla гelacіonado а juegοs de cocina para nijuegos de coсinar heladoѕ
ResponderEliminary lleguе aqui. Me ahorro muсho trabаjo.
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