La pregunta es inevitable: ¿A quién se parece este niño? En un principio yo hubiera jurado que era un calco perfecto de su padre, pero a medida que pasan los días he notado unos cambios sorprendentes en el bebé y ya no pondría la mano en el fuego. Lo que sé con toda seguridad es que no se parece en nada a mí. Yo tengo fotos mías de bebé y no tenemos nada que ver. Excepto en las orejillas. Las ha sacado de soplillo como su madre. Que mala suerte ha tenido el pobre.
Entre los amigos y conocidos hay opiniones de todos los gustos. Incluso hay quien me ha llegado a decir que el niño tiene los ojos marrones tirando a verdes o que es rubio. Será según le da la luz porque yo le veo siempre con los ojos avellana y el escaso pelito negro cuervo.
De hecho desde que nació me dio a mí en la nariz que este niño iba a tener los ojos marrones, porque eran del gris más oscuro que he visto en los ojos de un bebé. y aún había algún iluso que opinaba que cabía alguna posibilidad de que fueran azules. Pues no. Ha quedado demostrado que aquí el de los genes dominantes es Raúl y como es tan guapo el padre, así es de precioso el hijo. No porque sea mío...
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