Reunión inesperada y un gran susto

Me iba yo tranquilamente para mi casa con los dos peques, a los que acababa de recoger de sus respectivos colegios, cuando me encontré con una mamá que es dinámica a más no poder. Enseguida me convenció para que la acompañara a una reunión que había concertado con la directora del AMPA (me cuesta decir que no) y allí nos presentamos las dos con nuestros hijos.

La directora resultó ser la señora tan simpática que me había ayudado con los niños en la ponencia sobre la introducción al arte de los más pequeños. Al principio todo fue bien. Me sneté en la mesa y los chiquillos sólo me interrumpían de vez en cuando con lo que logré enterarme de varias cosas. La primera, que el AMPA está totalmente abierta a propuestas y, la segunda, que hay un grupo de madres que se están moviendo muchísimo para que nuestros hijos tengan una educación extra de calidad basada en la igualdad, la ecología y el respeto mutuo.

Esto fue lo que propuso el grupo de padres y madres:

1. Cuenta cuentos familiares: actividad dirigida tanto a padres y madres como niños y niñas. Nos planteamos dos opciones en función de los recursos económicos: contratar un cuentacuentos (tenemos el contacto y conocemos a varias personas especializadas en este tipo de actividades). O bien implicarnos madres y padres en el desarrollo de un cuentacuentos. Actualmente contamos con una actividad ya diseñada: “La aldea de los juguetes encantados” es un cuento participativo que trabaja la igualdad.

2. Actividad en el huerto del cole: Actividad sin coste económico. Elaboración con niños y niñas de un semillero para nuestro huerto. Dinamizada por padres y madres.

3. Actividad en el huerto “Cantarranas”: actividad sin coste económico salvo el traslado a la huerta. Esta huerta pertenece a un proyecto de la universidad complutense al cual algunas de nosotras estamos vinculadas. Ya hemos realizado otra actividad en el mismo con peques. Se desarrollarían actividades con niñas y niñas vinculadas al medio ambiente: construcción de una caseta con madera reciclada, invernadero y semillero, cuidados de la huerta.

4. Las fiestas navideñas en el mundo: actividad dirigida a presentar y dar a conocer cómo se celebran las fiestas navideñas en diferentes culturas. Se llevaría a cabo por madres y padres. El valor que promueve: respeto y conocimiento por las diferentes culturas que actualmente conviven en el Centro Escolar.

5. Actividad en el huerto urbano del barrio: nuestro barrio cuenta con uno de los primeros huertos urbanos desarrollados en Madrid. Algunas de nosotras también estamos vinculadas al mismo. Podemos realizar una visita y una actividad en el mismo.

6. Escuela de madres y temas: proponemos el tema “las emociones en la infancia”. Tenemos a una persona con la cual ya hemos desarrollados otras sesiones formativas muy interesantes. A valorar el coste económico.

7. Taller de música y creatividad: todavía no tenemos cerrada la propuesta.

8. Taller de marionetas familiar: Tenemos el contacto de una persona del barrio especializada en marionetas infantiles y dispuesta a darnos el taller a peques y mayores de forma gratuita.

A todo dijeron que sí, excepto al punto de fiestas navideñas en el mundo, porque decían que se podían fomentar estereotipos equivocados en los niños. No estoy de acuerdo. Pienso que las leyendas, religiones y mitologías son parte de la cultura global y que no está demás hacer partícipes a los chiquillos, pero tampoco insistí mucho en mi punto de vista porque estaban siendo muy amables y estaban entusiasmados con el resto de las propuestas. Incluso se les ocurrió pedir un espacio que tiene el cole abandonado para crear un huerto para Infantil. Ojalá les den el permiso porque sería una iniciativa muy interesante.

La mitad de la reunión me la pasé fuera persiguiendo a las fierecillas.

Cuando acabaron de hablar una de las madres que acudió se juntó a mi plan de ir a ver el Belén del centro comercial y a una cafetería que cuenta con espacio infantil.

En el belén estuvimos poco porque Daniel se estaba portando fatal y nos entró pereza de esperar los quince minutos que faltaban para que las figuras cobraran movimiento se pusieran a cantar villancicos. Así que nos dirigimos a la cafetería con un café bien calentito en mente. Una vez allí, me encontré con otras mamás amigas y nos juntamos todas en la misma mesa.

Me fui a pedir tras pedir a una de las madres que me cuidara a Iván, pero hubo un malentendido y al final ni estuvo atenta ella ni yo con lo que cuando vine con la bandeja nos llevamos el susto de nuestra vida. Todas las madres abandonamos a los mayores a su suerte y nos pusimos a buscar al bebé como locas. Se me paró el corazón.

Tardé un segundo en ver que una señora me hacía gestos insistentemente desde la puerta. Mi hijo pequeño estaba tan tranquilo con la nariz pegada a un escaparate. Aliviada le di las gracias a la señora que atentamente había seguido las evoluciones de ese niño que parecía estar sólo. Las lágrimas me asomaban a los ojos mientras apretada a Iván en un abrazo de oso del que intentaba escapar desesperadamente. Sin perder más tiempo corrí a avisar a las amigas de que el peque ya había aparecido. Todas se alegraron muchísimo, pero a la madre que se lo dejé encargado, pero que pensó que al final me lo llevaba conmigo porque lo tenía pegado a mis piernas (aunque yo no lo vi) le entró un ataque de angustia. 

Su hijo se acercó a consolarla: "Mami, ¿Que te pasa? Si Iván está ahí. Mira mami, está ahí" Y le señalaba a mi pequeño godzilla que ya empezaba a hacer de las suyas en el espacio para niños. Como dijo luego Raúl, si le hubiera pasado algo al chiquitín no nos los hubiéramos perdonado ninguna de las dos.

A partir de entonces, cada vez que el bebé se alejaba un poco ya había un comensal dando la voz de alarma: "Que se te vuelve a escapar", "Está aquíiiii", "Que se va otra veeez", pero yo ya lo tenía más que fichado.

Menos mal que todo quedó en un susto y las cuatro pudimos tranquilizarnos delante de un café y una buena charla. Bueno, al menos, tres, porque a mí me tocó correr detrás de mi pequeño trasto mil veces.