No sé que le pasa a Daniel, pero últimamente tiene un comportamiento un poco extraño. Ayer se levantó con el pie izquierdo y me hizo pasar un día malísimo. Para empezar no quería desayunar, ni vestirse, le pregunté un millón de veces por lo que quería ver en la tele y se hizo el sordo, cuando puse lo que yo quise se puso a llorar como un loco porque no era lo que él quería, no quería ir al cole... ¡Todo eran pegas! Eso unido a que Iván también estaba especialmente llorón acabó por exasperarme y les grité que iba a llamar a su padre porque yo me iba, que no aguantaba más. Daniel lloraba porque no me fuera e Iván me agarraba histérico las piernas.
Al final me calmé y les aseguré que no me iba, pero que se tenían que portar mejor. Daniel me aseguró que se iba a portar bien y ya no tuvimos ningún altercado más. Se metió al clase sin problemas y corrí a llevar al bebé a su guardería.
Por la tarde, el mayor salió muy contento enseñándome las dos estrellas pegatina que se había ganado por dormir la siesta. Le abracé y le besé felicitándole efusivamente. Fuimos al parque con sus amigos del cole y todo parecía ir bien. Jugó con ellos un ratito y, de repente, se quedó sentado en un rincón sólo. Le llamé mil veces para que se reuniera con sus amigos. Cuando me acercaba me decía que me fuera, que quería estar sólo. Respeté su deseo y me fui, pero al rato vi que le caían lagrimones y que torcía la boca. Asustada con el cambio de humor le interrogué mil veces por la causa, pero no me la quería decir. Le abrazaba y le besaba, pero él sólo repetía que estaba triste, que me fuera, que quería estar sólo.
Mientras intentaba consolarlo las mamás de los otros niños decidieron que ya era hora de irse a casa porque hacía un frío que pelaba. A mí niño le dió un ataque y empezó a grita que estaba triste porque no quería que sus amigos se fueran a casa. Las mamás intentaron hacerle algún cariño, pero no escuchaba. Desesperada, metí a Iván en el carrito, que no cejaba en su empeño de ir a la carretera, y me centré en el mayor. Le aseguré que le iba a llevar a un cuenta cuentos para que viera a otros amigos, pero que si él quería nos íbamos a casa a descansar, jugar, ver la tele... Su amigo Luis le habló de un libro gigante que habían puesto frente a la biblioteca, le ofrecí ir a visitarlo... Finalmente le saqué las galletas de chocolate y, por fin, sonrió. "Esataba triste porque no me dabas galletas de chocolate" me explicó. Yo creo que me está tomando el pelo o que él mismo no sabe por qué me la ha montado de esa manera.
Decidió que quería ir a ver el libro gigante y allí que fuimos. por el camino iba cantando y dando saltitos. "Ya estoy contento mamá". Me alegraba infinito, pero no me gustaba un pelo el chantaje emocional que me estaba haciendo el chiquillo para conseguir lo que quiere. ¿Realmente hay un motivo importante para sus cambios de humor o lo hace para que yo ceda ante sus deseos?
Por el camino nos fuimos encontrando amiguitos suyos con los que jugó como si nada hubiera pasado en el parque. Estuvimos un rato en el libro gigante, que estaba genial, y nos metimos al cuenta cuentos, que estaba a punto de empezar.
En la biblioteca se portó fatal. Se metió en medio del escenario y molestó un buen rato al cuenta cuentos mientras yo me ocupaba de Iván. Cuando me di cuenta de la situación lo saqué en volandas y le expliqué que no podía estar de pie entre el público y el narrador. Pareció entenderlo, pero en cuanto le solté volvió a las andadas, así que le reñí y me los llevé de allí. Es la segunda vez consecutiva que tengo que irme del espectáculo por su mal comportamiento, así que me estoy pensando seriamente no llevarle al próximo.
Una vez fuera me pidió perdón mil veces, se encontró con otros amigos y se pusieron a observar a los patinadores de la pista de hielo que han instalado frente a la biblioteca. Más de una vez me tocó bramar su nombre para que no se le ocurriera meterse en la pista a lo loco.
Al final, acabamos de nuevo en el libro gigante, que tenía una cara en la tapa que habría y cerraba los ojos y la boca gracias a unas palancas que podíamos manipular los visitantes. En el interior tenía un paisaje con una casita con puerta y ventanas por las que podía pasar y asomarse los pequeños. Pasabas la página y aparecía el interior de la casita, que tenía dos pisos a los que se podía acceder libremente. Nos encantó a todos. Iván rebullía en su sillita deseando que lo soltara. Y así lo hice para que disfrutara tanto como su hermano, aunque lo pasé un poco mal corriendo de un lado a otro para no perder de vista a ninguno de los dos.
De vuelta a casa, Daniel volvió a reincidir en su mal comportamiento: Corría lejos de mí entre el gentío, se acercaba a la carretera, no me hacía ni caso... Enfadadísima con él le fui riñendo y reprochando sus acciones todo el camino.
Una vez en casa ni dio muestras de arrepentimiento ni de remordimientos. Estaba tan feliz. Pero nos la lío en el baño, en la cena, a la hora de ir a dormir. Yo ya no sabía que hacer con él.
Esta mañana se ha levantado tan contento. Y todo parecía ir bien hasta que ha sonado el timbre para entrar en clase. Se ha agarrado a mi pierna y se ha puesto a llorar. La profesora lo ha tenido que entrar en brazos. ¿Le pasará algo en el colegio? ¿En casa? ¿Le riño demasiado? ¿Le consiento demasiado? Estoy hecha un lío y no sé cómo afrontar la situación.
Hola,
ResponderEliminarYo tengo dos niños de 8 y 4 años y la de 4 a veces me vuelve tan loca como a ti el tuyo. Me he sentido especialmente identificada con lo que cuentas que hace en el parque, que se va él solo porque mi hija también lo hace a veces y me deja desorientada. Si me acerco a ella o le digo que porqué no juega con sus amigos, no me da ninguna explicación, solo se hace la mártir como si le pasara algo cuando en realidad no le ocurre nada. Y lo mismo, luego me da alguna explicación ilógica como a tí lo de que estaba triste por las galletas (??)
Yo creo, por lo que he hablado con otras mamás y porque me he hecho fan de ver super nanny, que es una forma de llamar nuestra atención, y me da rabia porque yo le dedico mucho tiempo y comportándose así parece que no le haga caso nunca y no es verdad, pero esque no sirve de nada que le hagas más o menos caso, ellos siempre quieren ser el centro, llamar la atención, que estés pendiente única y exclusivamente de ellos y eso no puede ser. Si hablo con su hermano ella me habla encima de mi voz y hace cosas por el estilo, yo noto que es una niña que quiere que esté constantemente haciendole caso y que si las cosas no salen como quiere enseguida llora, y lo que hago ultimamente, o trato de hacer, es mantener la calma y no ceder cuando se pone a chantajearme. Enseñarle que con lloros y actitudes raras no se consiguen las cosas, que me hable como a las personas y respete cuando yo estoy hablando o estoy ocupada y no puedo atenderla. Porque yo también soy de las que se ha tirado un buen rato con el mando de la tele en la mano preguntándole qué canal quería, y ella sin hacerme caso.
Creo que la frase d supernanny de "ignorar los comportamientos que no queremos que se repitan" es la mejor, y así como ellos pasan del llanto a la risa en un momento y hacen como si nada hubiera pasado, yo estoy aprendiendo a hacer lo mismo. Porque nosotras nos quedamos resentidas un buen rato de lo mal que se han portado pero ellos parecen olvidarlo. Pues yo hago lo mismo. No guardarle rencor ni seguir enfadada para que ella vea que no provoca eso en mí, si no, parece que se de cuenta de que me manipula y manipula mi estado de ánimo y eso no me gusta.
Cada niño es un mundo y cada uno reacciona de una manera diferente, también es verdad que muchas veces hay que tener en cuenta que están muy cansados y ellos mismos no saben como expresar ese cansancio y lo hacen dando por el saco, son niños y hay que tener mucha pero que mucha paciencia, y que nunca noten que la perdemos ni que nos vuelven locas o se hacen los dueños.
besos.
Muschísimas gracias por todo lo que me cuentas. Me dejas más tranquila, porque mi temor es que haya un problema importante de fondo y no me esté dando cuenta. Te voy a hacer caso y voy a intentar ignorar esos comportamientos, aunque resulta muy difícil cuando ves que se le caen esos lagrimones. ¡Hay que ser fuerte! Porque si no hacen contigo lo que quieren. Yo también le hago muchísimo caso, pero es verdad que nunca es suficiente para ellos.
EliminarTienes razón: son niños y no podemos comparar sus actitudes con las nuestras, ni guardarles rencor. Gracias de nuevo. Tu respuesta me ha servido de mucho.
Lo primero que te quiero decir es que yo creo que los niños no son tan retorcidos como para llorar con lágrimas y estar tristes y que sea para hacernos chabntaje emocional y conseguir lo que quieren. Creo que cuando tienen esos comportamientos es porque les pasa algo, algo que les pasó y no saben expresarlo, se sienten incomprendidos y se hacen un lio. Lo de ignorarlos cuando hacen algo que no nos gusta tampoco me parece lo correcto, porque a la larga creas en ellos un sentimiento como de que no nos importan. Muchos padres parten de la base que los niños nos quieren hacer la vida imposible, y piensan que se deben imponer para que sus hijos les hagan caso, pero eso lo que crea es un miedo al castigo, y una inseguridad al comprovar que las personas a las que ellos adoran (sus papás) no les entienden. Lo que te quiero decir es que creo que no deberías pensar que tu hijo se burla de ti, y analizar las situaciones mas profundamente.
ResponderEliminarUn fuerte brazo!!!
Eso intento, pero tampoco quiero agobiarlo por estar demasiado encima. Me explico, quiero que sepa que estoy junto a él siempre, para lo que quiera. Pero no quiero que sienta que le estoy haciendo un interrogatorio. Estoy segura de que ese estallido de tristeza vino provocado por algo, pero en algún momento se le olvidó, aunque no podía parar de estar triste. Entonces lo achacó a lo que en ese momento contrariaba sus deseos que era que sus amigos se fueran a casa. Y estoy segura de que estaba totalmente convencido de que ese había sido el motivo original. Pero si olvidó tan rápido lo que le pasó supongo que no sería algo tan importante cómo que lo está pasando mal en el cole o conmigo (o eso espero). De todas formas le observaré más y hablaré con su profesora. Por si acaso.
EliminarNo digo que se burle de mí, sino que a lo mejor lo mejor demanda que le haga más caso y por eso tiene esos comportamientos extremos. Me temo que nunca lo voy a saber.
Ayyyy!!! Que complicado todo cuando se trata de niños!! Y creo que con la edad empeora no?? Yo tiemblo!!! Jeje!!
EliminarYo me quedo con un poco de los dos comentarios que te han dejado! No creo que los niños sean tan retorcidos como para manipularte. Sí creo que debemos enseñarles a que intenten pedir las cosas sin gritos y que con pataletas no conseguiran ni lo que piden ni nuestra atención.Siempre con calma. Cuando bajan el tono de la voz y se relajan, noS agachamos y les atendemos, no?
De todos es muy facil decirlo pero en la practica... No se yo... Jeje!!
Un abrazo!
Ayer no le grité casi. Intenté decirle las cosas seria, pero con tono moderado. Pues ya está comprobado ¡Ni me escucha! Hasta que no le pego un berrido no se entera de que le estoy hablando, así que voy a intentar un nuevo modo: Primero chillo su nombre y cuando ya tengo su atención le digo las cosas seria, pero sin gritar. Funciona a medias, pero algo es algo.
EliminarUfff pueden ser tantas cosas...
ResponderEliminarSupongo que al ser más mayor se va dando cuenta de cosas pero al ser aún tan pequeño no sabe explicarlas y eso le causará pesar. Espero que vuelva a ser el niño feliz de siempre ;)
También es el niño feliz de siempre. El problema es que salta de un estado de ánimo a otro con mucha facilidad y me tiene desorientada. Cuanto más quiero agradarle peor se porta. Y el día que impongo mi voluntad por necesidades del momento (médicos, compras, etc) se porta mejor. Supongo que es lo normal y tendré que tomármelo con más calma, aunque es más fácil de decir que de hacer.
Eliminarme encanta leerte porque me siento muy identificada en muchos de tus casos.
ResponderEliminarYo pierdo la paciencia rapidisimo con mi hija asi que no quieor ni pensra cuando tenga 2! creo que me quedo calva del stress..
También soy fan de super nany y es verdad que cuanto mas pasamos de ellos en esas situaciones de berrinches y pataletas ellos más rapido dejan esa "tonta" actitud y se medio comportan.
pero claro,como tu bien dices es más facil hablarlo que hacerlo ; )
Besoss
Me temo que están en la edad de los pulsos (¡¿¿cuando se acaba esa maldita etapa??!). Lo que me preocupa es que haya un problema de fondo y haya algo que le reconcoma y no me lo quiera o no me lo pueda decir. No sé cuando es rabieta tonta o cuando está triste porque le ha pasado algo de verdad. Antes me contaba cosas del cole y ahora ya no. Me dice que me lo cuenta luego, que me lo cuenta luego y luego nunca llega. Dice que se divierte, pero nada más. Encima yo le grito mucho porque no me obedece y me da miedo que le pase algo por su desobediencia. ¡Aaay! Qué difícil es todo.
EliminarA mí también me encanta leerte. Me alegro de que hayas tomado la decisión de ser madre otra vez. Es duro, pero taaaan bonito.
Tu día se parece bastante a los míos, hoy dijo que no quería ir a comprar y que se quedaba sólo en casa, y se quedó mientras yo esperaba en el rellano al final salió y fue protestando todo el rato.
ResponderEliminarA mi me cuesta mucho encontrar el equilibrio entre ignorar sus comportamientos e intentar llevar un dia a día "normal", sin gritos ni castigos, pero hay días que es todo "no" y no sabe una que hacer.
Besos y ánimo.
¡¡¡A mí también me lo hace!!! No me gusta amenazarlo con dejarlo sólo pero es lo único que me funciona y abuso un poco de esa estrategia.
EliminarEsos días en los que todo es "No" son realmente desesperantes. Supongo que no existe una respuesta perfecta para afrontar estas situaciones.
Muchas gracias.
Besos
Nosotros también tenemos días como el que cuentas, con enfados sin saber el motivo, a todo dice que no, no quiere que le pongas el plato en la mesa pero como te lo lleves se pone a llorar...
ResponderEliminarEs desesperante porque no sabemos qué les pasa ni ellos lo saben explicar, pero yo estoy segura de que se sienten mal por algo. No creo que lo hagan para chantajear.
También pienso que si es por llamar la atención es porque necesitan esa ayención y si no les hacemos caso será peor porque intentarán hacerlo de una forma mucho más exagerada.
¿Y qué hacemos nosotras? Qué difícil... jeje
Paciencia infinita, poco más te puedo decir.
Acompañarles cuando se dejen y respetarles cuando quieran estar solos. Y sin rencores cuando se les pase.
Por nuestra parte, desahogarnos y consolarnos entre nosotras.
Ánimo.
Supongo que es la edad. lo cierto es que no le guardo rencor. Después de todo, sólo es un niño de tres años. Y no veo que lo haga con maldad. Seguramente el cansancio acumulado del cole también tenga algo que ver. Gracias por escucharme. Tienes razón. Nos queda el desahogo y el consuelo entre nosotras.
EliminarOye seguro que el cole tiene un psicólogo al que puedes acudir para presentarle tus dudas. Espero que no sea nada!
ResponderEliminarPreguntaré, aunque me temo que es una mezcla entre cansancio, la edad que tiene y su carácter. Muchas gracias.
EliminarKai ya tiene 5 añazos...y las mayores, ya son pre...asi que, te puedo decir que es una etapa fatidica, horrible y fastidiosa, pero pasa, relajate, hay niños mas movidos que otros, hay niños que se sientan y parecen que se entretienen solos...ya veras como dentro de unos años la cosa mejora, hoy por hoy y lo digo cruzando los dedos, kai ha cambiado muchisimo, va de la mano en la calle, no se escapa corriendo, come sentado en los restauantes...hay dias que esta mas inquieto, pero se lleva mucho mejor
ResponderEliminardale tiempo y no le digas que te vas que te lo hecharan en cara mas adelante esas cosas no se les olvida nunca.
dale tiempo, mucho animo y besos
Tienes razón. Tiene que ser la edad. Estoy segura de que en un par de años se comportará como Kay, aunque aún me quede lidiar con él dos años más y con su hermano cuatro :S
EliminarSé que me va a echar en cara mis estallidos de ira, pero son incontrolables. Cuando se me pasan les pido perdón a los dos por haber perdido la calma. Entonces Daniel me pide perdón por lo que hubiera hecho y acabamos abrazados perdonándonos todo. Pero a mí tampoco se me olvidan ciertos episodios de mi vida con mi madre, aunque ahora los entiendo mejor.