Cuando el juego empezó a decaer, busqué más libros del estilo y le saqué uno de Caillú y magnéticos de ropa. Después de ese vino uno de una granja... Y así estuvo entretenido toda la tarde jugando con imanes e inventando una historia tras otra. Me encanta que use tanto su imaginación.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Jugando con magnéticos
Una tarde que Daniel estaba un poco aburrido, algo raro en él porque siempre inventa algo sorprendente para divertirse, se me ocurrió sacarle un libro de magnéticos que tiene desde algún tiempo. En sus páginas vienen caras sin rostros y en un estuchito un montón de ojos, narices y bocas para colocar al gusto. Le encantó mi propuesta y se puso a juntar rasgos faciales con ahinco. Cada poco me llamaba para enseñarme sus creaciones y contarme la historia de la cara.
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Realmente es un niño que juega y usa la imaginación! Que últimamente cada vez juegan menos a los juegos normales y de toda la vida! Ahora solo hay consolas!! Jeje!!
ResponderEliminarPienso igual que tú. ¡Y es una pena!
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