A veces, la diversión se encuentra en lo más sencillo. Eso me pasa continuamente con mis hijos. Me pregunto para qué les compramos juguetes si sólo con la caja se lo pasan genial.
El otro día, sacando la compra, me encontré con un ayudante espontáneo. A Iván se le salían los ojillos al ver las irisadas superficies de las botellas de agua.
No podía resistir la tentación de cogerlas, hacerlas rodar, cambiarlas de sitio mil veces... Así estuvo un buen rato. Entretenidísimo con las botellas de plástico. Menos mal que no rompió ninguna, porque capaz le veo.
Es que estos juegos tienen muchísimo éxito: paquetes de leche, latas de conserva... Si le quieres tener entretenido por horas, ve guardando los briks de leche vacíos, cerrados si tienen tapón, ya verás que divertido usarlos como ladrillos para construir.
ResponderEliminarLo intenté una vez, pero mi marido dice que no tenemos una casa tan grande como para guardar todo lo que se me ocurra :(
EliminarSi fuera por mí, guardaría casi todo para hacer manualidades, pero cómo tardo bastante desde que lo guardo hasta que pongo en práctica la manualidad, cuando voy a echar mano de mis tesoros Raúl ya me los ha tirado :(
en mi casa triunfan los bricks de leche, por ahora aun no ha roto ninguno !!
ResponderEliminarY que siga así! No queremos un río de leche en el salón :S
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