Cuando vi esta manualidad en el blog de Maribel, B aprende en casa, no dudé en ponerla en práctica yo también. Estaba dispuesta a devorar dos polos en pleno inverno a pesar de correr el riesgo de ser tachada de loca, pero no hizo falta. A Raúl se le ocurrió que los palitos que le va dando la pediatra a Daniel en cada visita para que se porte bien valían perfectamente para construir el original instrumento musical.
Efectivamente, con dos palitos de médico (valen los de los polos), tres elásticos, y una pajita conseguimos un estupendo instrumento de viento que enamoró a los peques. Daniel lo tocaba encantado e Iván lo intentaba, pero sin conseguirlo.
He de confesar que, por mucho que soplé, no conseguí hacer que emitiera sonido alguno. Mi marido y mi hijo me miraban sorprendidos sin comprender que es lo que hacía mal. ¡Que le vamos a hacer! Soy torpe hasta para las cosas más sencillas.
Yo también soy muy torpona, no sufras... Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarpero ya lo he dominado Jaja. Estoy muy orgullosa de haberme superado día a día en el manejo de este instrumento que ni siquiera sé cómo se llama ????????
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