Los peques están disfrutando mucho del espíritu navideño este año. En la guardería la ardilla Rita (la mascota de otoño de la clase) se ha despedido de los niños para marcharse al bosque. A la vuelta de las vacaciones conocerán al pingüino Lino (la mascota de invierno). Antes de irse la ardilla se juntó con las ardillas de las otras clases y les deleitó con una obra de teatro. Al día siguiente tuvieron un concierto de villancicos cortesía de los niños mayores y se lo pasaron bomba con el árbol de Navidad luminoso del Hall.
Ayer nos invitaron a todos los padres y profesores a una copa y a un concierto de villancicos de la mano de la Coral del Hospital de La Paz en el colegio de Daniel. El peque estaba muy emocionado porque su mamá y si hermanito iban a entrar al comedor y al gimnasio que era donde se harían los eventos. La copa estuvo muy animada. Daniel se puso las botas a comer bombones. Me pareció muy extraño que no hubieran ofrecido las típicas patatas o gusanitos para lo niños, pero al chiquitín no le importó. Lo malo es que me di cuenta de que los marrones eran de licor cuando ya había engullido al menos dos. Supongo que la dosis será tan pequeña que no me tengo que preocupar. Los chiquillos corrían de un lado a otro como locos, seguidos de Iván, que también estaba muy emocionado e intentó varias veces explorar la cocina del centro. Sin éxito, he de añadir.
A las cinco nos hicieron pasar al gimnasio, donde los niños hicieron el burro todo lo que quisieron con las formas blanditas y las colchonetas. Daniel brincaba de un rulo a otro. E Iván gritaba a los niños emocionado y no se quedaba atrás.
Entre profesores y padres logramos sentar a los sobre excitados chiquillos. El concierto debió de estar muy bien. Yo no lo sé, porque Iván se puso tonto en el minuto uno y me tuve que salir con él al patio. Daniel quedó al cuidado de una amiga. Dos conciertos de villancicos son demasiados para un pobre bebé.
El mayor salió muy contento del gimnasio. Y de allí nos fuimos a casa a descansar un poco porque ya estaba bien de tanto trote.
Hoy tenía mi niño mayor su fiesta de Navidad en la clase. Se ha ido disfrazado de Papa Noel muy contento, aunque le ha fallado que su madre no pensara en el saco lleno de regalos que tenía que haber llevado para completar el traje. En el último minuto se me ocurrió pintarle una barba blanca que luego fue lo que le diferenció de los otros Papa Noeles. Les di a los dos chiquitines sendas panderetas y ¡a la calle!
En la puerta de clase nos encontramos con los pastores, los reyes magos, las vírgenes María... ¡Todos guapísimos!
A la salida, Daniel me dijo que había visto a los Reyes Magos y que les había pedido un regalo para papá, otro para Iván, otro para mí y muchos, muchos para él.
Qué guapos están tus hijos, los dos. Ese Papá Noel no tiene precio y el chiquitín parece un angelito. Me alegra que lo estén pasando tan bien ;)
ResponderEliminarBesos
Daniel estaba realmente emocionado con su disfraz. Yo pensé que me la iba a liar porque llevaba toda la semana diciendo que quería ir de Spiderman :S
EliminarQue bien se lo pasan estos niños!! Se emocionan cuando hacen algo fuera de lo común, como entrar padres en la guarderia...! Jeje!! Le queda genial el traje de papa noel!!
ResponderEliminarCualquier excusa es buena para que se rían un rato y lo pasen bien jeje
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