miércoles, 17 de febrero de 2010
Daniel pide más comida
Ayer llegué casa con el bebé tras recogerle en la guardería y pasó algo inaudito: Daniel tenía hambre, mucha hambre. Empezó chupándose nerviosamente la mano, continuó con unos leves lloriqueos y acabó berreando. Extrañada me lo colgué del pecho pensando que sería suficiente, pero... ¡Que va! Cuando terminó volvió a lloriquear.
Así que le hice un biberón de 120 mililitros (normalmente le damos 210). Y tampoco le bastó. Se bebió tranquilamente otros 120 mililitros como si nada. Yo alucinaba. Aquí pasaba algo y había que buscar una solución rápida.
Me fui a la farmacia y compré un caja de papillas de cereales sin gluten especiales para Danielitos hambrientos. El enano me estaba pidiendo a gritos más enjundia en su soso biberón. Así que como madre atenta que soy hice caso de las señales y le metí los cereales en el biberón esa misma noche (acoplando la correspondiente tetina, por supuesto, que para hacer buenos biberones hay que ser ingenieros en alimentación de bebés).
Además, Raúl puso su granito de arena sugiriendo que le diéramos hasta 240 mililitros. El niño se lo bebió a toda velocidad. Como si fuera agua. Pues sí que está creciendo rápido el enano. Dentro de nada estará comiendo cordero asado con patatas.
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