Por un lado, parece que a los demás les gustan más los bebés inquietos, pero por otro lado a las madres nos gustan más tranquilitos. Cómo soy yo la que está con él la mayor parte del tiempo (miento. Sus cuidadoras de las guardería están con él más tiempo) mi opinión es la que vale.
Sí, es un niño muy despierto. No le gusta dormir. Y en cuanto nota que tienes intenciones de mecerlo o ponerle en una postura demasiado horizontal empieza a lloriquear como si se sintiera traicionado.
Le encanta la juerga y ser el centro de atención (creo que esto les suele pasar a todos los bebés). Sobre todo si se trata de mucha gente y se lo pasan de unos a otros. Para él es un auténtico placer probar brazos nuevos.
De hecho, se ríe muchísimo con todo el mundo, menos con su madre. Debe ser que me tiene muy vista. Conmigo acaba aburriéndose y llorando de sueño hasta que cansado de retorcerse como un enérgumeno termina durmiéndose en mis brazos por fin. Eso sí, en cuanto su cuerpecito toca la cuna vuelve a abrir los ojos de una forma digna del final de una película de terror. Y vuelve a tener los ojos bien abiertos y ganas de juerga.
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