Al principio fue bastante incómodo, porque sentía mucha presión y un poco de dolor a causa de la subida de la leche, pero poco a poco la cantidad ha ido bajando y adecuándose a las necesidades actuales. La naturaleza es muy sabia y se amolda a todo tipo de situaciones.
Ahora mismo, Daniel sólo toma pecho de forma simbólica. Para calmar realmente su hambre acudimos a un enorme biberón. Da un poco de pena porque sí que es cierto que cuando el niño todavía mama parece que se establece un vínculo especial. O por lo menos que pasas un rato tranquilo y muy cercano con tu hijo. Pero Daniel se está haciendo mayor a mucha velocidad y ya hemos pasado la siguiente etapa de su vida como bebé grande que es.
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