sábado, 23 de octubre de 2010

Haciendo garabatos


El otro día me cayó una 'bronquilla' de Raúl porque aparecí en casa con unas ceras especiales para bebés. A mi marido le vino a la mente una bonita imagen de su casa redecorada con gran gusto por su pequeñín, pero yo le aseguré que Daniel sólo accedería a las ceras bajo mi estricta supervisión.

A pesar de todo, Raúl alegó que el niño era demasiado pequeño para pintar. Está en lo cierto, pero él se lo pasa pipa aporreando el papel con la cera. Ya ha aprendido que debe dar los golpes dentro del papel y no fuera. Aunque a veces falla. No hay que olvidar que tiene sólo un añito.

Se lo pasa muy bien punteando los papeles con los colores, aunque mejor me lo paso yo dibujando, flores, soles, casitas, arañitas... y un sinfin de cosas. A veces tengo que convencer a mi hijo de que me cambie un color por otro para hacer el cesped o el humo de la chimenea. No es fácil. se agarra a la cera con mucha ansia.

de vez en cuando me despisto un poquito y el suelo, mueble o juguete más cercano acaba con un rayoncito, pero todo es poco a cambio de la felicidad con que el niño aporrea el papel con sus ceras.

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