sábado, 25 de septiembre de 2010

El cumpleaños de Daniel


¡Daniel ya es un niño mayor! A partir de ahora le podemos enseñar a decir su edad con la manita. Tendrá que levantar un dedo, porque ya ha cumplido sus doce meses de vida.
La verdad es que no tenía ni idea de cómo organizar una fiesta de cumpleaños para un bebé tan pequeño. En mi opiniónel pequeñajo no se entera de lo que está pasando y, en realidad, por mi parte ni lo hubiera celebrado. Pero su padre tiene otras ideas y cuando le sugerí que empezáramos con el lío de los cumpleaños a partir del segundo año me puso una cara que me lo dijo todo. Le hacía más ilusión al padre que al hijo. Así que me puse manos a la obra e inicié una exhaustiva búsqueda por internet para saber cómo podía proporcionarle al enano el mejor cumpleaños, dentro de mis posibilidades y de sus limitaciones.

Después de mil páginas se me ocurrieron otras tantas ideas, pero al final sólo adoptamos unas pocas porque el tiempo del que disponíamos hacía imposible organizar el despliegue que yo pretendía.

Por la mañana felicitamos profusamente a Daniel, le dimo su primer regalo, el de la abuelita Matilde. Un mando a distancia falso y unos coches (uno de los juguetes preferidos de los niños, no sé por qué, aunque la lista de juguetes codiciados la encabezan las cocinitas. Ya le caerá una cuando sea mayor). Fue todo un éxito porque estamos hartos de quitarle el mando de la televisión a cada segundo y ahora con el falso se entretiene un montón. Después de abrazarle hasta la saciedad, darle muchos besitos, darle de desayunar, asearlo y alimentarlo, se lo enchufamos a la abuela Charo para poder prepararlo todo. En la casa de la abuela paterna se encontró con el segundo regalo. ¡¡Un saquito de cochecito para el invierno!! Cuando llegue el momento mi pequeñín va a ir comodísimo y calentito. Un lujo de regalo.

Una vez sólos, Raúl y yo comenzamos a hacer la tarta y un gusanito de sandwiches ideal para cumpleaños de peques. sandwiches de pepinos, sanos y buenísimos, de queso y salami picados, para que Daniel se los pudiera comer con facilidad, los indispensables gusanitos, que los bebés comen a puñados, refrescos... ¡Vamos! Que preparamos una auténtica fiesta de cumpleaños infantil . Con yinkana para los niños y todo. Los primitos se lo pasaron muy bien siguiendo las pistas y pasando todo tipo de pruebas: Un jaque mate en el ajedrez que indicaba la habitación del mapa donde se encontraba la siguiente pista, encestar en la cesta de los juguetes, encontrar a Spiderman... Y Daniel persiguiendo a sus dos primitos sin enterarse de nada, pero disfrutando muchísimo. El resto de los regalos también fueron un acierto. Afortunadamente no se nos llenó la casa de cosas porque sólo invitamos a la familia más cercana. Y como la mía está a miles de kilómetros de distancia, sólo vino la política. Una caja de actividades, un enorme libro de trapo y un precioso marco con doce espacios para poner las fotos del niño mes a mes hasta el año y una masilla para plantar la huella de su pie... Todo desfiló por sus ansiosas manitas.

Cuando lo metimos en la cuna estaba tan agotado que se durmió casi sin rechistar. Mi niño ya es un chico mayor. ¡Cómo pasa el tiempo! Snif.

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