jueves, 9 de septiembre de 2010

Daniel se porta mal


Vaya día me ha dado el pequeñajo. Se ha portado fatal. En la guardería le ha dejado marcada la cara a una niña con sus uñitas. Manos mal que no me tocaba ir a buscarle a mí. Tenía que ir a entregar las páginas al periódico en el que trabajo como freelance para sacarme un sobresueldo.
Así que la bronca de la cuidadora se la ha llevado su padre. La pobre tenía razón. "¿Y ahora que le digo a la madre?" Este daniel es muy brutito. Y eso que estamos intentando que suavice sus maneras utilizando a los gatos para ello. "Suave Daniel, acaríciales suaaave", mas le vale hacerme caso o acabará con un arañazo o un mordisco un día de estos. Por ahora no hemos consegudio mucho y sigue aporreándolos. Pero ya se sabe que con los niños todo es cuestión de paciencia y repetición hasta la saciedad.
Por la noche llegué a casa agotada, pero me ofrecí yo a darle de cenar, ya que Raúl había estado con él el resto del tiempo. Fue un horroro. No quería comer, lloraba y me tiraba la comida a la cara. Me llenó el pelo con el yogurt y se quedó tan ancho. Ahora la que lloraba era yo. Lágrimas de desesperación. Raúl intentó hacerse cargo de la situación, pero no le dejé. Agarré al chiquillo y me fui a la cuna con él. Sin piedad. Con lo mal que se habia portado no merecía mi compasión. Así que lo metí en la cuna a pesar de su resitencia y lloros. Y ahí nos quedamos hasta que se durmió... unas dos horas después.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta saber lo que piensas.