sábado, 11 de septiembre de 2010

El tormento de los gatos

El tormento de los gatos se llama Daniel. Ahora que ya se mantiene solito, corre como un loco detrás de los pequeños peludos. Menos mal que aún no les gana en velocidad. Fantasma, que es muy listo, se sube a un sitio alto y sigue con su vida felina con toda tranquilidad, pero Misi, que es muy maternal, le espera y se deja torturar un poquito antes de decidir que lo mejor es huir.

Raúl y yo intentamos inculcarle el amor a los animales y enseñarle que no son juguetes, pero a esta edad es muy difícil: "Suave Daniel", "Despacito que los asustas", "No le tires de la cola", "¡No la aprietes!" "¡¡¡¡Ni se te ocurra tirarte encima!!!". Vamos, que cosecho fracaso tras fracaso en este tema. Pero... que puedo esperar si a mi también me maltrata. No sé como no estoy calva ya después de los tirones que me da.

Estos niños son terribles. Menos mal que nacen pequeñitos y desvalidos porque si no no sé que sería de nosotros los sufridos padres. Ni de mis pobres gatos.

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