Se habían ido al pueblo con toda la familia política. Hasta sus primitos estaban allí. Así que se lo debió pasar bomba, porque le encanta jugar con ellos. Con su prima Natalia también, que le trata como si fuera su muñeco, pero como la tiene más lejos tiene menos trato.
El enano me dedicó una sonrisa de oreja a oreja cuando me vio y ya no se quiso despegar de mí. Se lleva bien con todo el mundo, pero tiene un poco de mamitis.
No perdió el tiempo y se dedicó a desordenar y tirar al suelo todo lo que se encontraba por la casa. Eso sí, sin despegarse mucho de mí. Eso significa que él también me ha echado de menos. Si es que mi niño es más guapo que un sol.
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