Llegó a casa blanca y negra y ahora está llena de color por todos lados. Por eso mi chiquitín ha decidido llamarla colorines. Colores que le puso él con los rotuladores que acompañaban al simpático peluche de tela.
Desde el primer día, quiso que le acompañara en su sueño, pero a papá y a mí nos dio miedo que la pintura, aún fresca, hiciera estragos en las sábanas, así que tuvo que esperar un día más para acogerla entre Perrito, Bambú y Natillas, los peluches habituales a la hora de ir a dormir.
Qué divertido!!! No recuerdo que hubiera muñecos así cuando era peque. Si lo pintabas, ahí te quedabas con un muñeco pintarrajeado de por vida y te caía bronca. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarEs que ahora encuentras de todo, de todo jajaja
EliminarY sí antes era como tu dices. Custumizabas la muñeca a tu gusto y se te caía el pelo ;)