Alucino con los cambios tan radicales que tiene Daniel con su predisposición hacia las clases de Natación.
Pero será mejor que empiece por el principio. Cuando cogieron a Iván para dar clases de Natación en un polideportivo cercanos los dos dieron saltos de alegría, el pequeño porque le daba mucha envidia su hermano el año pasado y el mayor porque a él no le habían cogido. Ya sabemos que nunca le hizo mucho tilín ir a sus clases.
El caso es que la carita de ilusión de Iván cada vez que tocaba piscina debió remover algo en la consciencia del mayor, porque empezó a preguntar si le iban a coger a él algún día. Viendo su interés, decidí presionar un poco para ver como iba la lista de espera. Cual no fue mi sorpresa cuando me comunicaron que para la edad de Daniel había que hacer una prueba de nivel ese mismo día y, una vez pasadas las Navidades volver con el papelito para pedir plaza. Evidentemente no había traído bañador para mi hijo mayor porque no me lo esperaba, pero el profesor, que era encantador y me vio la cara de angustia, decidió creer en mi palabra y firmar un papel en el que decía que debía empezar en el nivel básico. A todo esto, mi chico me seguía berreando que él no quería ir y que no quería ir. Casi tiro la toalla, pero pocos días después me preguntó con ojillos luminosos si ya tenía plaza. Así que nada más llegar a Madrid me presenté en el polideportivo con el papelito del nivel a ver que me decían. Y lograron volver a sorprenderme. Ni sorteo, ni listas de esperas, ni nada. Me dijeron los horarios que quedaban con plazas libres, elegí uno, me lo matricularon y ya está. Mi niño mayor empezaba al día siguiente.
Pensé que daría saltos de emoción cuando se lo dijera, pero lo que hizo fue rasgarse las vestiduras y pedirme cuentas por haberle apuntado. Le confesé que me tenía totalmente desconcertada con su comportamiento dual y extremo y que ya no sabía que hacer. "Mira Daniel. Ya me estoy cansando. Si no quieres ir anulo la matrícula y listo", dictaminé. A lo que el chiquillo me contestó que probaría el primer día.
No me puso muchos problemas para ir, entró tan feliz y salió encantado. A los dos días me preguntó cuando volvía a tener natación porque le apetecía mucho. "Pues hoy mismo" le contesté encantada. No le iba a llevar para no agobiarle, pero en vista del entusiasmo... ¡Pues bien! Cuando le dije que se preparara para irnos torció el gesto y me soltó: "¿Piscinaaaa? ¡Que asco!". Con todo el equipo preparado y mis encajes de bolillos hechos para poder llevarle no le di muchas opciones y diez minutos después estábamos en el vestuario un chico de lo más sonriente y yo. "Que bien mami. Me lo paso genial en Natación"
¿Alguien lo entiende?
Jajajajaja. Madre mía, qué adolescencia te espera... Besotes!!!
ResponderEliminarcalla, calla. no me lo quiero ni imaginar XD
EliminarSolo una campeona como tú puede con la bipo-diver-emocionalidad de Daniel jajajaja...
ResponderEliminarNo lo mires por el lado negativo, tu peque es una grandísima caja de sorpresas... jajajaja...
Ya nos contarás que tal continúan las clases de natación jajajaja...
¡Un muackiles, familia!
No es que lo mire por le lado malo. Es que me vuelve loca!!! jajaja
EliminarYa no sé si matarme por conseguir la plaza vale la pena o no
Yo no.
ResponderEliminarComo no se líe con otra cosa... porque la verdad que no lo entiendo. Esperemos que se decida pronto...
Besos
Ni tu ni nadie. Quien va a entender a este veleta buuuuf
Eliminarjajaja esto es bipolaridad. quizá si que le gusta sobre todo cuando esta en el agua, pero le da pereza, vestirse, desnudarse, secarse,.... no sé. A mí eso era lo q más pereza me daba. Ropa fuera, guarda, seca, vuelve a vestir,.... ¡suerte! jejeje
ResponderEliminarPues puede ser. Pero me tiene loca conq ue le encanta y la odia buuuuf
EliminarIgual le da pereza arrancar y luego allí si le gusta. A mi hijo le encanta el fútbol y hay días que no quiere ir ni a rastras y a mi hija mayor le pasa lo mismo con el baile y el coro... Yo no les suelo obligar cuando no quieren porque pienso que igual están cansados o no se encuentran del todo bien... Lo único que no perdono es la academia de inglés, que con lo que cuesta.... Un beso
ResponderEliminarYo no quiero obligarlos, pero si no van a ir les desapunto porque las clases de natación cuestan dinero. No mucho, pero pagar para nada no lo entiendo. Menos mal que van y luego se lo pasan muy bien y ya no se acuerdan de que fueron refunfuñando jajaja
EliminarJajajaja me parto, ahora que lo leo, porque me llega a pasar eso y no sé qué le hago a mi hija!
ResponderEliminarPor favor, quiero ser como tú y tu paciencia infinitaaaaaaaaaaaaaa.
Besitosssssssssssss.
Riete, ríete, pero no veas que carreras y que agobies para conseguirle la plaza y él: lo quiero, no lo quiero, lo quiero, no lo quiero... Aaaarg!! ;)
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