Saltando olas en Las Canteras

Uno de los días de las vacaciones de Navidad, no acercamos a las Canteras para seguir disfrutando del buen tiempo. Es una playa preciosa que está dentro de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Tiene una barra natural que la protege de mareas maliciosas.

Lo primero que hicimos al llegar fue visitar el tradicional belén de arena, que yo cada vez lo veo más pequeños, pero con una calidad excelente. Nos encantan los pequeños detalles y la majestuosidad de las figuras. Hacen un taller de modelado de arena, pero con la agenda tan apretada que llevamos ni preguntamos por él.

Tras la visita obligatorio buscamos un buen sitio para poner las toallas. Y no pudimos encontrar uno mejor. Estábamos entre unos juegos infantiles y el mar. Los peques estaban emocionados. Así cuando se cansaban de saltar olas, que, por cierto, estaban un poco rebeldes, se iban de cabeza a los castillitos y toboganes.

Los chiquillos disfrutaron como locos jugando con las olas y haciendo castillos. Daniel estaba entusiasmado con eso de saltar olas. Tanto que nos costó la vida sacarlo del agua cuando llegó la hora de comer.

Elegimos un hindú porque Raúl tenía antojo y allá que fuimos. ¡Nos pusimos las botas! Nos pasamos pidiendo y luego lo devoramos. Así pasó que Daniel acabó vomitando nada más salir como si de un romano se tratase. Y nada más vaciar el estómago pidió su helado. Por supuesto, le fue negado para no importunar más a su maltrecho estómaguito. Me temo que estas fiestas están siendo de muchos excesos y vamos a tener que cortarnos un poco.

Tras un agradable paseo por la avenida nos volvimos a casa para descansar un poco.