Antes de irnos a Las Palmas de G.C. nos dio tiempo a estrenar los flamantes moldes de monstruos y los sellos de repostería con formas de animales que le había traído Papa Noel a Daniel. Lo que no me dio tiempo es de contarlo en el blog, así que a ello voy.
Yo iba bastante escasa de tiempo, pero los niños se morían por probarlos, así que hice hueco como pude y lo preparé todo para hacer la masa de las galletas de mantequilla. Los peques estaban entusiasmados mezclando ingredientes y comiéndose la masa cuando no miraba. tardamos muy poco en tenerla lista y envuelta en su papel transparente. Teníamos que esperar una hora con la masa en la nevera para que cogiera la consistencia justa, pero se nos complicó la cosa y permaneció allí dos días.
La consecuencia fue que la masa se endureció como una piedra al enfriarse la mantequilla. Sin perder el ánimo la metí en el microondas para ver si podía recuperarla. Parecía que sí, así que llamé a mis churumbeles para que se pusieran sus delantales, pero ¡oh! Sorpresa, estaban demasiado ocupados en sus juegos y declinaron mi invitación.
Como era ahora o nunca decidí ponerme manos a la obra más sola que la una. Empecé bien con los moldes de monstruos, pero a la tercera galleta la cosa se torció y los mosntruitos no salían de los moldes como debieran sino a cachitos y aún más monstruososde los que deberían. no sé si se debía a el abandono de la pobre masa en la nevera y posterior exposición a las microondas o que yo soy bastante paquete en la cocina, pero el caso es que no me hacía con ellas. Las reconstruí como pude y las dejé lo más aparentes posibles. pronto me cansé de los moldes y mis churros y pasé a los sellos. Hacía galletas redonditas y ¡ploch! sellito de elefante o león. Eso era muuucho más fácil. Dónde va a parar. Con harina hasta las cejas y la cocina hecha un auténtico desastre metí el proyecto de galletas en el horno y me dediqué a limpiar y recoger el desaguisado.
Hacerlas no quisieron, pero comérselas bien que se las comieron los pequeños granujas. De una sentada acabamos con todas, porque estaría chuchurrías de forma, pero buenísimas de sabor, que es lo que importa.
Menos mal que la picadura fue leve.
ResponderEliminarQue bien se está en casita ¿verdad?
Pues ahora a la rutina ;)
Besitos
No sé, no sé. Yo estaba mejor con mi madre jajaja
Eliminar¿Y dices que eres paquete en la cocina? Yo no hubiera llegado ni a hacer la masa. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarTen en cuenta que yo pongo en la foto las que salieron mejor jajaja
Eliminarjejeje yo también me las comería jejejeje muy chulas! y que pinta
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Yo me comería esas galletas aunque fueran informes. Al final la mezcla de ingredientes es lo que cuenta ejem ejem jajaja
EliminarQué bien han quedado estas galletas, no se te dan tan mal como crees porque se ven geniales.
ResponderEliminarPor cierto, menudas navidades tan especiales, eh? Espero qeu la picadura haya sido tan sólo un leve incidente.
Besos mil!
En la foto salen la que mejor salieron jajaja
EliminarLas más churro las quité. Que truco ¿Eh?
Las picaduras ya son un mal recuerdo. espero no verme de nuevo en urgencias en mucho tiempo. Gracias!!
jajaja yo también me las hubiera comido jejeje como tonta ;-p. No me hables de esta receta que la primera vez que la hice ya hubiera querido yo que me quedara dura como una piedra. Me paso todo lo contrario y las galletas casi que se freían en el horno jajaja. Un besazo wapa.
ResponderEliminarEs que son como las pipas. Empiezas y ya no acabas jajaja
EliminarEstas galletas deben tener su truco que ni tú ni yo hemos pillado... Aún ;)
Que ricas están esas galletas, la clave fue la masa estoy segura, el tiempo de reposo es importante, pero si se pasa también sobre todo si lo haces con mantequilla y no margarina. Pero bueno seguro que estaban genial!!!
ResponderEliminarLa próxima vez usaré margarina a ver si así...
EliminarGracias!!