Una noche, Iván se despertó llorando para reclamar mi presencia. Le puse el chupete, que se le había caído, pero lo escupió berreando. Le di agua por si tenía sed, pero apartó el biberón de un manotazo. Me lo llevé a dormir a mi cama porque estaba realmente agotada y quería complicarme poco. Se removía inquieto y gimoteaba constantemente. Le cambié el pañal por si ese era el problema. No lo era, pero aún así se lo cambié. Comprobé que no tuviera calor ni frío a través de su temperatura corporal. Tampoco tenía fiebre. Le quité los pocos mocos que tenía. Le toqué la tripita para ver si la tenía dura. La barriguita estaba normal. Intenté que sacara gases, pero parecía que no tenía ninguno. Le di un biberón por si tenía hambre. Se lo bebió entero, pero siguió quejándose. Le acuné entre mis brazos por si quería mimos, pero se retorcía para que le soltara...
Vale. Ya he gastado todos mis recursos y el bebé sigue llorando. ¿Y ahora que hago? Cómo no se me ocurría nada más me tumbé a su lado angustiada acariciándole de vez en cuando. Estuvo llorando un rato hasta que se debió cansar y se durmió. Entonces lo llevé a su cuna y ya no se volvió a despertar, pero fueron momentos de mucha impotencia materna.
Con Daniel también vivo alguno de estos momentos, sobre todo cuando se despierta con una perreta monumental y no hay manera de saber los que le ha pasado o lo que quiere. Sólo llora, grita, se agita, se retuerce... Hasta que se cansa y se duerme.
¿Quien tiene el manual de instrucciones de estos dos enanos? Lo necesito con urgencia.
Uix, ya me gustaría a mí regalarte ese manual ;)
ResponderEliminarMe parece que todas las mamis querríamos uno en algún momento...
Paciencia y besotes!
Gracias por la intención jaja. Cuando lo encuentre te aviso.
EliminarSi lo consigues, pásalo ...será tu post mas visitado sin duda!!!
ResponderEliminarY el que lo escriba va a ser más leído que la biblia. Desde luego, yo lo compraría.
EliminarYo renuncio a escribir uno. Admito que soy incapaz de entender a mis retoños.
¿Manual?ja!yo necesito una biblia que me explique que se hace con un "crio" de 19 años al que no le gusta estudiar ni le mola trabajar,que toda su locura es salir de marcheta y estar tumbado escuchando música...no te lo digo por deprimirte, pero...en fin, que a cualquier edad se necesita un manual de instrucciones con estos puñeteros hijos!
ResponderEliminarDesde luego me das muchos ánimos jaja
EliminarSupongo que lo que le pasa a tu hijo es una locura que se llama adolescencia y que trae a los padres por el camino de la amargura (miedo me da que llegue el momento). Espero que se le pase pronto y se centre. Ánimo.
Uff... de vez en cuando también me ha pasado con el peque y por mas explicación que le busco no la encuentro. Muchas veces tiendo a pensar que son los dientes, a veces veo que está molesto de frustración porque no puede volver a dormirse aunque quiere y lo intenta. En esas ocasiones le calma mucho tumbarse sobre mi, como cuando era un bebé, como cuando tuvo aquellos cólicos horribles. Eso era lo que lo terminaba calmando, eso o como bien dices tu, el puro agotamiento...
ResponderEliminarÁnimo
Yo creo que le pasaba lo segundo, que no encontraba la postura, porque cuando le duelen los dientes suele dar grititos agudos antes de ponerse a llorar. Pero no le calmaba tumbarse encima de mí. Se vé que tampoco le gustaba esa postura :(
EliminarNo sé qué pasa que mis comentarios hoy desaparecen como por arte de magia.
ResponderEliminarDecía que todas hemos tenido días como esos. Por aquí tampoco sabemos del manual, la que lo encuentre antes que avise, je.
Es la magia negra de blogger. A mí también me ha pasado alguna vez. Sobre todo, cuando el comentario es largo o muy pensado. Da una rabia...
EliminarMe temo que el manual del funcionamiento y uso de los niños es un libro mitológico. Si existiera debería haber uno personalizado por cada niño. Sn tan diferentes entre si...
si a mi tambien me a pasado con los tres.como no se porque les pasa siempre e pensado que seria de los dientes que le daban punsaditas
ResponderEliminarPuede ser, pero no me lo pareció porque los quejidos nos pasaron a lloros hasta que le saqué los mocos. Ya sabemos lo desagradable e invasivo de esa odiosa, aunque necesaria, técnica.
Eliminarpues yo hago como tu, compruebo todos los puntos débiles y paciencia mas mimos. ¿Pueden ser los dientes??
ResponderEliminarA lo mejor eran los dientes, pero los descarté en un principio porque cuando le ha salid alguno la reacción ha sido dar un grito primero y luego echarse a llorar. pero cómo cada situación es diferente, puede que haya cambiado la táctica de quejarse del dolor de dientes. La próxima vez probaré también con el Dalsy. Gracias
EliminarTe receto paciencia jajaja
ResponderEliminarY nada a probar...
¿Dónde compra la paciencia? Es que se me está acabando... ;)
EliminarSabes lo peor...que ahora les dan perretas nocturnas, dentro de un par de años se les pasa y entonces cuando tu piensas YUPIIIII!! victoria...aparecen las hormonas y la pre-adolescencia y la madre del cordero y todo se va al traste otra vez, comienzas a buscar el libro de instrucciones otra vez y esta vez, encima te reprochan hasta el nombre.
ResponderEliminarNiña, esto de la meternidad te da pasaporte al cielo que kk y que poco glamuroso
Si es que ya lo digo yo, que ser madre es precioso, pero malo para la salud... ¡y los nervios!
ResponderEliminar