Como el chiquitín había estado malo el día de la revisión pediátrica hubo que posponer las vacunas al viernes siguiente (en realidad fue al jueves, pero yo interioricé que era el viernes y me equivoqué de día. Menos mal que tengo una enfermera que es un sol). Me da mucha pena tener al pobre Iván como un alfiletero, pero no se puede hacer nada. es por su salud y no creo que haya nada más importante en el mundo.
Mi bebé lloró y se resistió como un cosaco, pero al final encontró consuelo en unos aspitos. A mi chico se le enamora por el estómago. Cómo premio me lo llevé al parque un ratito hasta que se hizo la hora de ir a recoger a su hermano de la Natación.
En la puerta del colegio me reuní con su padre que le hizo todos los mimos del mundo. Dentro de poco habrá que ponerle la de los refriados y un par de semanas después la segunda parte de la de la gripe. Mi niño no gana para pinchazos.
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