lunes, 23 de agosto de 2010

De cabeza al agua




El pececito sigue haciendo de las suyas. En cuanto llegamos a una piscina se acerca corriendo el borde para tirarse de forma inconsciente. menos mal que ún me necesita para poder caminar. Aunque gateando tiene más autonomía.

En el caso de la piscina de mi prima, como tiene un murito que la bordea se limita a levantar una pierna y mantenerla suspendida en el aire para indicarme que quiere subir.

Cómo le tengo que poner el pañal- bañador se coge la perreta del siglo. Por él se metía hasta vestido. Cuando por fin ve que lo vamos a sumergir grita de alegría y una vez dentro mueve freneticamente las piernas y los brazos. Parece que quiera nadar. es todo un espectáculo. Le encanta que le tiremos juguetes y luego le ayudemos a llegar hasta ellos para agarrarlos con sus manitas. O que juguemos al pilla -pilla con otros bañistas al grito de "¡A por él!". Se ríe a carcajadas.

Nunca está deacuerdo cuando decidimos que ya es hora de sacar a nuestro arrugado hijo del agua. Ni siquiera cuando le castañetean los dientes. Aún así, se pone a llorar como un loco. Si seguimos en las inmediaciones de la piscina más tiempo intentará volver a meterse tarde o temprano. Es muy cabezota.

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