Daniel está en una edad muy bonita y muy peligrosa. Se mueve demasiado y quiere empezar a andar solito. La parte buena es que los riñones lo agradecen, la mala es que los chichones proliferan.
Cómo los muebles le proporcionan más autonomía que la mano de su mami. Se agarra a ellos con despreocupación y temeridad. Y aprovechando que ya está allí busca armarios y cajones para liarla parda siempre que puede.
Es curioso. Tiene un sexto sentido para identificar los objetos más peligrosos e ir a por ellos. En mi cocina tenía útiles cortantes en el cajón de abajo. Cuando vi que lo abría y sacaba todo el contenido desparramándolo por el suelo cambié las cosas del segundo cajón por las del tercero. Al día siguiente mi hijo abrió el último cajón se quedó mirando un ratito los paños, servilletas, bolsas de basura, etc... y acto seguido se levantó con un poco de esfuerzo, abrió el segundo cajón y procedió a sacar todas las cosas peligrosas que pudo encontrar.
Hacerle fotos a veces se convierte en una misión imposible. Te vé y corre hacia a ti con el objetivo de arrebatarte la cámara para rechupetearla a gusto. Lo que más le llama lña atención son los móviles, mandos, cables, consolas, videos, televisiones... ¡Vamos! Todo lo que te gustaría preservar de sus manazas. Mi pequeño Conan "El destructor" siempre está atento a ver lo que puede pescar. Ya ha encontrado más de una vez un móvil olvidado en alguna mesilla que hay que proceder a arrancarle de las manos para que no lo escarranche contra el suelo repetidas veces. Por supuesto, llora, patalea y se pone como un loco hasta que encuentras otra cosa que pueda ser de su interés.
Lo más curioso de todo es que a sus juguetes les dedica muy poca atención, prefiere cruzar la línea una y otra vez. Le enseñas una pelota y ni la mira, en cambio unas llaves....
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