Un amiguito de Daniel de la guardería celebraba su cumple en un parque y no dudé en presentarme con toda la familia a felicitar al pequeñín.
Mi hijo estaba emocionado porque iba a ver a su antiguo compañero de travesuras, que ya no ve tan a menudo como él quisiera, e Iván iba dando botes en la silla deseando que le soltáramos para recorrerse el cesped de punta a punta.
Al principio, mi niño mayor se mostró tímido porque sólo conocía a Dani, pero luego se fue soltando. Tanto que hasta metió un indiscreto dedo en la tarta antes de que la cortarán. En la fiesta se encontró con dos ex compañeras, pero no pareció reconocerlas, ni les hizo caso en ningún momento.
Cuando ya hacía rato que había anochecido decidimos recoger velas y retirarnos a casita. Ninguno de los peques estuvieron de acuerdo con sus progenitores e hicieron todo lo posible por quedarse más. Pero todos nos estábamos batiendo en retirada e hicimos entrar en razón a Daniel y metimos con mucha dificultad al bebé en la sillita. La verdad es que fue una idea genial lo de celebrar el cumple en el parque. El mayor iba muy feliz con la peonza y el libro de pegatinas que le habían regalado en la celebración.
¡Ay ese dedito! jajaja. Estoy segura de que lo pasaron genial, el hecho de que no se quisieran ir es el mejor indicativo jajaja
ResponderEliminarUn besazo
No pudo resistir la tentación. Es un golosón. Desde luego lo pasó muy bien. Me parece una idea genial lo de celebrar el cumple en el parque.
EliminarCoincido con Yaneth. Si no te quieres ir, por algo es... Un besote.
ResponderEliminarEs el mejor indicativo de que le gustó la fiesta jaja
Eliminar