El timbre del móvil me sobresaltó. Dejé lo que estaba haciendo y corrí a cogerlo. Mi interlocutora se presentó como Carola, la profesora auxiliar y de informática de Daniel. Me contó que el peque tenía fiebre y que se encontraba muy mal. Volé a por él mientras planeaba cómo dejarlo en casa e ir a por Iván a la vez. Cuando llegué me encontré a mi hijo con un poco de mala cara, pero ni tenía fiebre ni estaba por los suelos. Todo lo contrario. La profesora fue muy amable conmigo. Me había llamado desde su móvil personal porque Marta, la profe oficial, se había puesto mala y no podía dejar la clase sola.
Más tranquila, me llevé al niño a casa. por el camino llamé a una vecina que es un cielo y que accedió enseguida a cuidar de Daniel mientras iba a la guardería a por el bebé.
Afortunadamente, yo ya había pedido hora para esa tarde a la pediatra porque los dos chiquitines llevan dos semanas con tos. No tiene fiebre ni demuestran cansancio, pero me preocupaba de todas formas. En cuanto llegué de la guardería agradecí profusamente a Susana que se hubiera quedado a cuidar de un Daniel que me encontré saltando encima del sofá y casi sin bajar al pequeñajo del carrito nos encaminamos el centro de salud.
Una vez allí, los peques me la empezaron a liar de mil maneras. Cada uno corría hacia una lado diferente, se subían a las sillas, hablaban a gritos... Cuando ya los iba a atara a los dos en el carito de la manera que fuera para que se estuvieran quietos, por fin nos llamaron. Entré con la tropa y le explique a la médico que adolecían de los mismo.
Auscultó primero a Daniel, que se portó genial y no dejó de hablar y preguntar todo lo que se le ocurría. Luego le tocó el turno a Iván, que no paró de llorar en todo momento. El pobre ya venía quemado de su visita al cardiólogo ayer y no le apetecía lidiar con más médicos. El diagnóstico fue que estaban los dos como una rosa (el de siempre), aunque Daniel tenía un poco inflamado uno de los oídos con lo que no estaba de más darle Dalsy después de cada comida. Le pregunté si podía darle Romiral por las noches (Una medicina para cortarle la tos) y me dio permiso, incluso para darle dos dosis en vez de una y le durara el efecto toda la noche. El mayor no perdió la oportunidad de pedir su palito de médico con carita pintada.
"Toma lorito", le entregó el ansiado tesoro su pediatra, "Que antes no hablabas y ahora no callas". Me despedí muy contenta de que los dos estuvieran sanitos. Llegué a casa convencida de no sacarles más a la calle, pero le había dicho a Daniel que le iba a llevar a ver cómo encendían las luces de Navidad del Centro Comercial que tenemos cerca de casa y no se le había olvidado. Cómo vi que los dos estaban al cien por cien de sus fuerzas nos fuimos al evento nada más llegar el padre.
El encendido del árbol iba acompañado de un recital de villancicos precioso. En cuanto el coro empezó a entonar el primero incluso Iván dejó de protestar por estar sentado en el carrito y puso sus cinco sentidos en las canciones y en las luces. De vez en cuando aplaudía entusiasmado con sus manitas regordetas. Daniel también estaba encantado con el espectáculo. Se volvió y me lo hizo saber mientras llevaba el ritmo con todo el cuerpo. El único que estaba deseando salir de allí era el papá. Sus buenas razones tenía. Primera, que en realidad la razón principal que le había dado era que íbamos al supermercado a comprar, y segunda, que hacía un frío que pelaba. Al cuarto villancico recogimos velas y nos metimos a hacer la compra. Me dio mucha pena tener que irme.
Cuando salimos del centro comercial lo hicimos por otra puerta para ver encendidas las figuras de los tres Reyes Magos y sus camellos. Les encantó.
A veces me sorprende el hecho de que comenzamos el día y parece que la cosa va a ir mal y de repente todo cambia. Así son los niños, impredecibles hasta en sus enfermedades ;)
ResponderEliminarUn abrazo
¡Y tan impredecibles! Ahora tosiendo y tirándose por las esquinas y ahora botando por el sofá y acosando alos pobres gatos. ¡Es increíble!
EliminarMás fuertes que un roble son!
ResponderEliminarEs bonito ver con la ilusión y atención que observan ellos estas fechas verdad? a mi me encanta! estoy deseando llevarla a ver las luces.Un beso
Sí que son fuertes estos peques. A mí también me encanta ver la ilusión reflejada en sus ojillos.
EliminarYo soy adicta a la navidad, pero no les he llevado a ningún sitio con luces y villancicos hasta el 1 de diciembre, es que cada vez me parece que empieza antes, si hasta he visto ya hace tiempo roscón de reyes!!...
ResponderEliminarMe encanta esta época porque es para niños, se crea ilusión, se respira ilusión y parece que hay mágia en las calles... creo que siempre me ha gustado la Navidad, pero hay que vivirla con niños en casa para saber que realmente es una época especial...
En cuanto a los mocos, toses, fiebres y demases... Bienvenido Invierno, jajaja! (me alegro que les hayan encontrado bien!)
Cierto, el invierno viene cargadito de virus jaja
EliminarLa verdad es que con niños en casa se vuelve un poquito a la infancia ¡Me encanta!
Por que siempre que los llevamos al pediatra resulta que estan sanisimos?? no lo entiendo... si estar sano es llevar dos semanas con tos.. vaya!! jaja
ResponderEliminarun besote
Es que a los peques les gusta hacernos quedar mal jaja
EliminarMi pediatra piensa que tengo los niños más sanos del mundo y no entiende que hago en su consulta cada vez que voy, pero ya tiene asumido que me va a ver mucho jeje.
Menos mal que no es están maluchos. El otro día me recomendaron un remedio natural contra la tos, lo digo por si no quieres darle medicamentos aunque no sé si estará indicado para niños pero yo te lo digo, se llama Echinacea spray y dicen que va muy bien.
ResponderEliminarBesos
Lo consultaré con la pediatra. Yo nunca automedico a los niños. Sólo uso medicamentos que ya he usado en la misma situación anteriormente y poco tiempo. En cuanto se alarga demasiado acudo a la pediatra, a la que tengo hasta las narices.
EliminarMuchísimas gracias por recomendarme esa medicina. A mí también me va a venir bien.
Me encanta la Navidad, estoy deseando que llegue de verdad!!
ResponderEliminarUn besazo,
Mlu
Pues ya nos está pasando por encima. Ya han montado el mercadillo de navidad, los belenes, ya hay villancicos en las calles, decoración luminosa y bolas y serpentinas mires donde mires...
EliminarAy a mi no me gusta mucho la navidad porque me parece un tanto hipócrita pero he de reconocer que se me pega un poco eso del espíritu navideño jejej
ResponderEliminarEs muy hipócrita la idea de que hay que ser bueno sólo durante dos semanas al año, pero esto es lo de siempre. Cualquier excusa es buena para fomentar la imaginación de los niños y hacerles vivir una aventura. Muchos de estos niños llegarán a tu misma conclusión de adultos, así que hay que hacerles disfrutar el espíritu navideño ahora.
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