Me encanta la imaginación que Daniel le echa a todo. Me río muchísimo viéndole inventar juegos en el parque. Un día, se pone un cubo de playa en la cabeza, coge el rastrillo y l apala a modod de herramientas y se convierte en Bob, the builder. Al siguiente se agencia una pizarrita de esas de tinta magnética y dibuja mil rutas y planes para coger a los malos. ¡Se ha convertido en un policía científico!
De repente, coge las hojas del suelo o unas ramas y es un árbol. O agita los brazos y ya puede volar, o inicia una megaobra con señalizaciones de peligro y todo.
Es increíble lo que le puede dar de sí una jornada en el parque.
Éste va para ingeniero, ya te lo digo yo. Un besote!!!
ResponderEliminarLe puede la imaginación. ¡Es increíble!
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