Era imposible que Daniel dejara de gritar o de tirar juguetes por los aires mientras yo dormía a Iván, con lo que el bebé no se dormía y lloraba y lloraba... de sueño.
Tampoco podía multiplicarme para atender a los dos enanos. Iván estaba tontorrón. Supongo que por los dientes y sólo quería bracitos. Pero es que la mami tenía que hacerles la comida, dárselas, vestirles, asearles, limpiar y recoger... ¡Algo! La casa se convirtió en un basurero. No había manera de encontrar nada.
El único descanso era sacarlos a la calle. En casa, la mayor parte del tiempo, me liaban alguna buena, que luego no me dejaban recoger como es debido. Con el peque en la cadera y el mayor en una pierna era imposible avanzar.
Las noches fueron horrorosas. Daniel durmió bastante bien, pero Iván siguió en su línea. El mayor tuvo bastantes perretas. Supongo que alimentadas por mis ataques de mal humor. Menos mal que fue una de cal y otra de arena. Parecíamos bipolares. Ahora todo eran gritos y lloros, ahora nos reíamos los tres como locos.
Lo cierto es que cuando la noche del dos de noviembre oí la cerradura de la puerta y supe que Raúl había llegado me relajé un poco. ¡Por fin llegaba la caballería!
Madre mía, nena... Qué tremendo tiene que ser... Las madres sois mis heroínas. Jajaja. Un besote!!!
ResponderEliminarNo tanto. En realidad me he acostumbrado tanto a mi rutina actual que ya no recuerdo mi otra vida jaja
EliminarUuuuffff...es desesperante y desconsolador muchas veces. Te entiendo taaaaaan bien!!!
ResponderEliminarBeso
Cierto, hay momentos en los que deberías poder encerrarte cinco minutos en una habitación contar hasts diez y luego salir. Pero la realidad es que tiens que seguir luchando con lloros y perretas. ¡Sight!
EliminarYo siempre digo que las madres sois la generación de lo nuevos superhéroes porque es demasiado complicado a veces llevar todo siempre para delante. Todos los días las veo casi multiplicarse entre el trabajo, llevar a un niño a la guarde, el otro al cole, irse al trabajo, volver a recoger a cada niño, ir a casa para estar con los peques, recogerla, hacer la comida etc, etc, etc... Os lo merecéis todo!!!
ResponderEliminarun besazo Aly
Muchas gracias Aly. Ser madre no debería ser tan complicado. Sigo pensando que se olvidaron de darme el libro de instrucciones en el hospital. ¡Educar es muy difícil! :S
EliminarQue duro tiene que ser estar con dos. Paciencia Dácil...
ResponderEliminarMuchas gracias Piruli. No me puedo imaginar cómo lo hacen todas las madres que tienes tres, cuatro más peques...
EliminarA mi con una niña a veces también me pasa que la casa parece un campo de batalla, y con dos sé que a veces es desesperante (mi hermana tiene dos), en esos momentos hay que respirar hondo y priorizar según orden de importancia, si la casa está desordenada quizá pueda esperar y ya vendrán los refuerzos, je,je, por cierto, vaya cantidad de blogs que tienes, un abrazo!!
ResponderEliminarEso intento. ¡Priorizar, priorizar y priorizar! Pero es que llega un momento en que todo se vuelve apremiante aaarrrg! Y tienes a un chiquitín a punto de darse el costalazo y a otro a punto de armarte una gorda. Al final no llegas ni a uno ni a otro y toca limpiar el desastre con el bebé berreando en brazos. Buf! Os entiendo a tí a tu hermana. Ser madre, a veces, es taaan cansado.
EliminarMuchos blogs, pero el único que actualizo como es debido es éste. A ver si retomo los otros...
Besos