Mariángeles llegó a nuestra familia hace ya muchísimos años. Poco sabíamos de la Zaragozana que traía loco a mi hermano. Nos enteramos de su relación cuando ya hacía mucho que llevaban juntos. Fernando es así de reservado. Mi hermana y yo no perdimos la oportunidad de acercarnos a la capital de Aragón a conocer a nuestra futura cuñada. Lo que más nos gustó de ella fue su amplia y pronta sonrisa. Alegre y muy práctica, con los pies en la tierra. Fue mi primera impresión.
Una cena pantagruélica, una noche de juerga en la que mi hermano estuvo evitando aquellos bares donde pudiera encontrarse con compañeros de batallón (Su novia y sus hermanas eran grandes tesoros que guardar), el Monasterio de Piedra, un episodio trágico con la lavadora... No recuerdo más de esa visita.
El día de la boda, mi hermana le advirtió que no admitíamos devoluciones ¡y se lo tomó muy en serio! Ahí siguen tan enamorados como el primer día.
En principio pensamos que su destino estaba en Zaragoza, pero nos dieron una gran sorpresa al pedir Fernando destino en Las Palmas y que se lo concedieran. Que alegría les dieron a mis padres.
Los primeros meses a Marian le pareció que Canarias era otro mundo. Quien iba a decir que se iba a adaptar tan bien. Casi se puede decir que es más canariona que maña.
Después llegó Natalia. Mi sobrina. Mi hermana y yo cruzábamos los dedos porque fuera una niña a la que poder poner vestiditos y lacitos en el pelo. ¡Y así fue!
Por esa época yo era poco amiga de jugar con niños, pero me hizo mucha ilusión la idea de tener una sobrinita. Creo que a Marian le pilló la maternidad tan de sorpresa como a mí cuando me llegó el momento. Hasta que no tienes a tu propio hijo no te das cuenta del compromiso tan enorme que contraes con tu bebé. ¡Y es de por vida!
La lactancia materna, lidiar con un bebé terremoto, suplir las necesidades de una niña que cada vez se hace más y más mayor... ¡No es fácil! Yo todavía no he llegado a la etapa en la que está ella y ya me tiro de los pelos en muchas ocasiones.
Muchas gracias por leerme y animarme con esto del blog, cuñadita. Eres una más de la familia. Ya lo sabes. Y recuerda: No admitimos devoluciones jaja.
Me ha gustado mucho este post, se nota que tenéis muy buen rollo! Pues nada cuñada, encantada de conocerte ;)
ResponderEliminarBesotes!
Muchas gracias. La verdad es que es una suerte llevarte bien con las parejas de tus hermanos.
EliminarOh que bonito!!! ... sniff sniff ... Apuntame a mi como la fan numero 3 jaja! Bstos a Marian!
ResponderEliminarJaja, tu tienes estatus de hermana, ya lo sabes. Algo bueno tiene que tener que te hayas tragado todas nuestras peleas de niñas :S
Eliminarcuidate esas ojeras
ResponderEliminarEstoy en ello, pero Iván se empeña en que me quedan muy bien jaja
EliminarEstá genial eso de llevarse bien con la familia política!!! Un besote para ambas.
ResponderEliminarPues sí. Siempre es mejor llevarse bien con los que te rodean que andar a la gresca :D
EliminarMe encanta el blog. Fresco y muy muy ligero, como si las líneas y las palabras fuesen parte de uno antes incluso de leerlo. Escribes genial Dácil.
ResponderEliminarUn besazo.
Muchas gracias Alex. Me ha sorprendido mucho tu blog. No sabía que eras poeta. Tus cuadros son alucinantes. Estoy muy orgullosa de la obra original que adorna mi estudio. Muchos besos.
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